Para algunos marketers, un nuevo año significa también una nueva agencia. Si esa es la resolución anual de su compañía, debe saber que esa línea de pensamiento conducirá a una mala reputación en el universo publicitario.
Los ejecutivos de nuevos negocios de las agencias y los consultores de búsquedas dentro de la industria reportaron una creciente lista negra de cosas, compuestas por marketers que tienden a poner en juego las responsabilidades publicitarias cada uno o dos años. Gracias al rápido movimiento en la silla del chief marketing officer -el ejercicio de un CMO promedia los 28 meses, según las estadísticas más recientes de la firma Spencer Stuart que lidera la búsqueda de ejecutivos- y la presión para trabajar en medio de la problemática económica, las relaciones a largo plazo entre agencia-cliente se están volviendo cada vez más escasas.
“Tengo grandes diferencias con quienes cambian de agencia como de ropa int
Y esto lo dice un ejecutivo que se beneficia cuando las cuentas entran en revisión.
Tomando el ejemplo de Chipotle: en enero de 2004, la cadena de burritos contactó a Mother, Nueva York, como su primera agencia de publicidad. Seis años más tarde, esa cuenta ha girado alrededor de cuatro agencias: después de Mother llegó TDA Advertising & Design, Boulder, Colo; Devito/Verdi, Nueva York; Butler Shine Stern & Partners, San Francisco; y la última, contratada este mes, Compass Point Media, una división de Campbell Mithun en Minneapolis.
Pensar dos veces
La regularidad con la que Chipotle cambia de agencia ya es excesiva. Pero no es el único marketer con la inclinación de ir de agencia en agencia. Ciertas empresas como Ikea o la automotriz BMW son conocidas por poner en revisión frecuentemente las cuentas de creatividad y medios, y Mitsubishi Motor Norteamérica mueve su negocio de publicidad también una buena cantidad de veces.
Muchas revisiones de cuentas también pueden signifi
Incluso cuando las agencias están ansiosas por obtener mayores ingresos, todas esas vueltas tienen consecuencias: dos ejecutivos de nuevos negocios expresaron que 1-800-Flowers y Quiznos son dos de las cuentas que “no to
Otra consecuencia es el costo: el constante llamado a revisión puede ser increíblemente costoso y perjudicial para los marketers –para quienes los viajes y otros honorarios asociados con la revisión de agencia se van acumulando- y para las agencias, que desembolsan miles de dólares con la esperanza de presentarse al pitch perfecto y ganar el negocio. Si aterrizan con éxito, hay siempre un costo extra por el staff freelance y full-time que debe trabajar para la nueva cuenta.
Michael Houston, chief marketing officer de Grey, Nueva York, dijo que el marco para que las agencias se prueben a sí mismas ha disminuído dramáticamente.
“Los resultados en nuestro negocio ya no son evaluados sobre bases semi-anuales o cuatrimestrales pero sí mensuales o semanales y, a veces, hasta diarias”, sostuvo Houston. “Sumemos eso al nivel de dólares atado al item de publicitario en la hoja de balance del cliente, y encontraremos clientes forzados a justifi
Consistencia
Además, los “revisores s
“Los clientes no deberían cambiar de opinión constantemente”, dijo Lisa Colantuono, managing partner de AAR Partners. Como la comunicación entre los consumidores y el cliente evoluciona, “es necesario trabajar en conjunto con las agencias. Si esa relación está en cambio constante, el marketer se daña a sí mismo, a largo plazo, en términos de construir la lealtad de marca con el consumidor.”
“La desesperación puede ser algo nuevo para muchas industrias en recesión, pero es algo que el negocio de las agencias ha sabido, abrazado y perpetuado por décadas. Las agencias sólo pueden culparse a ellas mismas por estar haciendo exactamente lo que pretenden los players en este juego de revisión de agencias y facilitan además, el hecho de que el cliente pueda intimidarlos”.