Con 23 sedes repartidas en Buenos Aires y algunas ciudades del interior, Megatlon no solo se convirtió en la líder en el negocio de los gimnasios sino que también se consolidó como la cadena número uno en socios a nivel nacional, superando a los clubes más tradicionales. En diálogo con Adlatina, Fernando Storchi, presidente de Megatlon, explica las claves del éxito de su empresa y los cambios que vive su negocio. “Los gimnasios se convirtieron en un lugar de encuentro”
-¿Cuál es el desafío de imponer una marca de gimnasios?
-El negocio de los gimnasios está muy atomizado –se calcula que a nivel nacional hoy funcionan más de 5.000 gimnasios- y con un altísimo grado de informalidad. En este contexto, nuestro objetivo fue imponer una marca y uno de los secretos fue que apostamos a largo plazo. Una marca no se construye de un día para el otro. Además, trabajamos muy fuerte con lo todo lo que son los medios de pago.
-¿Cuáles fueron las claves del crecimiento de la cadena?
-Uno de los secretos de Megatlon fue haber logrado desestacionalizar el negocio. Hasta no hace mucho, los gimnasios funcionaban muy bien tres meses al año y la propuesta estaba asociada con bajar unos kilos a medida que se acercaba el verano. Ahora, en cambio, desde Megatlon trabajamos con un concepto de la actividad física como una clave para la vida sana y con un nivel sostenido todo el año. De hecho, hoy la fluctuación en la facturación de la cadena entre los meses más fuertes y los más bajos no supera el 15 por ciento.
-¿Qué papel tuvo el mercado corporativo en el crecimiento de Megatlon?
Hoy el 20 por ciento de los clientes que tiene la cadena corresponden a acuerdos corporativos que tenemos con distintas empresas. En algunos casos, las empresas tienen entre los beneficios para sus empleados el pago completo de la membrecía a Megatlon y, en otros, lo que hacen es abonar una parte de la cuota. Además, la compañía gerencia los gimnasios corporativos de algunas empresas como HSBC, Santander Río, Banco Galicia o Techint.
-¿Hacia dónde quieren crecer?
-Siempre estamos a la búsqueda de nuevos negocios pero la verdad es que todavía no encontramos un ingreso excepcional como puede ser la venta de pochoclos para los cines. Una de las claves de crecimiento creo que es el peso cada vez más fuerte que tiene la cuestión social. Los gimnasios se convirtieron en un lugar de encuentro y no hay que perder de vista que en el caso de la Capital Federal, el 30 por ciento de los hogares son unipersonales y hay una necesidad de la gente de encontrarse. Frente a este escenario, nosotros ponemos los espacios y los grupos se van formando solos. La idea es recuperar algo de la vida que tenían los clubes en la década del ’80.
