Mientras me pongo a escribir este artículo tengo a mis dos hijos (3 y 7 años) alrededor. Por alguna razón hoy están los dos vestidos de Súperman. El más grande con un pijama, el más chico con una remera con capa incorporada. Nunca vieron Súperman en el cine, pero sí son fans de la versión de Lego. Juegan a ser Súperman dentro del mundo virtual de la wiiU, el ipad y otras tecnologías y afuera, cuando se conectan analógicamente con el mundo se disfrazan. Si bien les encanta disfrazarse porque sí, hoy tiene un sentido doble, ya que también es carnaval. Carnaval son esos días del año en los que todos jugamos un poco al juego de los actores cuando trabajan: a ser otro. De hecho, la palabra en inglés ‘play’ está muy presente en el mundo del teatro y de las películas y su reproducción. Este juego que arranca con la primera vez que nos ponemos los zapatos de nuestros padres puede ponerse altamente sofisticado si hay una industria como la del cine detrás. Viajando por Estados Unidos, en el Virginia Museum of Fine Arts, me encontré con una muestra llamada Hollywood Costume, que incluye los vestuarios de 100 personajes. La verdad es que me sorprendió ver una muestra de algo tan popular en un museo de “fine arts”, pero, dejando el prejuicio de lado, pienso que son telas, tampoco es algo muy lejano al arte. En estas líneas voy a intentar hablar de la enorme carga aurática que me encontré cuando fui a ver esta exposición.
Cada cual actúa según su sombrero
Edward de Bono plantea que uno puede ponerse distintos sombreros para actuar de un modo diferente y así ser más creativo. Si bien nunca me cayeron bien este tipo de teorías sobre la creatividad, creo que la metáfora y la imagen que genera es muy buena: uno puede ser otro, puede actuar de un modo distinto simplemente con un cambio de sombrero. Hay un capítulo brillante de Bugs Bunny de 1956 llamado Bugs bonnets, que empieza diciendo que es un hecho psicológicamente probado que la gente se comporta distinto por la forma en que se viste. A continuación, muestran a un señor muy tranquilo de traje y le ponen un disfraz de pirata. Enseguida cambia por completo su postura física, el tono y empieza a moverse de modo muy violento. Después lo ponen a Elmer Fudd con un sombrero de vestir y se lo cambian por un sombrero de cazador y se vuelve loco buscando un conejo para cazar. Luego de esa intro viene un camión de Acme theatrical hat Co., al que se le abre la puerta trasera sobre una montaña y todos los sombreros que lleva empiezan a volar por el valle y caen sobre las cabezas de Elmer y Bugs Bunny transformando por completo sus personalidades muchas veces durante el capítulo y jugando roles muy diversos dependiendo de lo que cae en sus cabezas.
A partir de esta idea voy a comenzar con la lectura de la muestra ya que podemos decir que el vestuario hace que un actor se transforme y tome vida en un tiempo y un espacio con determinadas características. Ya sea en el género fantástico, de ciencia ficción o en una película de época, la ropa define a los personajes, los pone en contexto, hace que la historia sea más verosímil, que entremos en la trama. Hay algo que ocurre en la alquimia entre el actor y su vestuario que altera la realidad y nos mete en un juego: a partir de este momento ese señor ya no es más Johnny Depp, sino que es Jack Sparrow en "Piratas del Caribe" y podemos esperar -sin poner en duda- muchas habilidades fantásticas.
¿Cuánto del actor y cuánto del vestuario componen el personaje?
Uno de los vestuarios presentes en la exhibición no dice mucho cuando uno lo ve de lejos: es un smoking. Ahora cuando leés el cartel y dice que es el de 007 el mundo cambia. Creo que James Bond es un buen ejemplo para hablar de este tema. Sobre todo si partimos de una pregunta: ¿De cuál James Bond estamos hablando? ¿Son todos el mismo? En Wikipedia hay una categorización de los distintos actores que interpretaron al personaje de Ian Fleming: Sean Connery, el Bond original; George Lazenby, el Bond romántico; Roger Moore, el Bond satírico; Timothy Dalton, el Bond de Fleming; Pierce Brosnan, el Bond insolente; Daniel Craig, el Bond actual. Si bien yo me crié viendo las películas de Roger Moore, Sean Connery fue ‘el’ James Bond, el primero, con su acento tan particular y su elegante estilo. Ahora volviendo al traje de Bond: cómo puede ser que un smoking cambie totalmente de ser un objeto ordinario a transformarse en un objeto de culto, solo por haber sido usado en una película. La emoción que uno siente mientras atraviesa las 100 prendas en exhibición es indescriptible. Hay algo de cholulismo, de estar cerca de todo ese glam que tiene Hollywood y no está claro si la sensación es por los actores que usaron esa ropa, por los personajes que interpretaron o si son las dos cosas funcionando juntas. En una parte está el famoso vestido blanco que se le vuela a Marilyn Monroe en el subte y pienso: Marilyn estuvo ahí adentro. Ese vestido que ya es casi un ícono y tantas veces vimos estaba ahí, delante de mis ojos, acercándome al objeto real y no ya a una representación.
Dentro de la exposición se encuentra un enfoque especial sobre Robert De Niro y Meryl Streep. Hay una sección entera dedicada a los trajes usados por De Niro en películas como “Raging Bull” y “Taxi Driver”, así como “La Dama de Hierro” y “Mama Mia!” de Streep. Estos dos casos están exhibidos de un modo increíble con televisores puestos en vertical que nos muestran el torso de los actores en tamaño real hablando de sus asombrosas cualidades de camaleón para interpretar personajes y contando la historia de cómo el vestuario y los props son una parte intrínseca de esa transformación. En estas entrevistas, se explora a fondo la relación entre los diseñadores y los actores con material de archivo (y los vestuarios, obvio) de cinco de las películas más celebradas de cada uno.
Un guión armado por Hollywood
A diferencia de lo que puede ser una muestra tradicional en un museo, Hollywood Costume tiene algo de atracción de Disney World. Empezando por la cola. Las dos veces que fui tuve que hacer una larga cola para entrar y, siguiendo la tradición de Disney o de Universal Studios, la cola ya tiene anticipos de la muestra. De hecho la exposición es como una cola constante. El ascensor del museo está intervenido con un plotteo de Spiderman, hay pantallas con actores hablando de sus roles, pósters y música de películas por donde pasa la cola. Está todo el museo ambientado como si estuviéramos en una atracción en Orlando. Una vez dentro de las salas, nos encontramos con un montaje impecable. Todas las salas pintadas de negro y los vestuarios exhibidos en posiciones que van con el personaje. Es un poco impresionante por momentos porque los maniquíes dan todo el tiempo la sensación de que le falta el actor que lo hace vivir. Es como si fueran mortajas, pieles inanimadas.
En Hollywood Costume el guión curatorial -es decir un relato de cómo se lleva al público a través de las distintas obras expuestas- es impecable. No podíamos esperar menos de la gente del cine. La muestra se estructura en tres partes: deconstrucción, diálogo y el gran finale.
La deconstrucción investiga los procesos y la metodología detrás del diseño de vestuario. Contada desde el punto de vista de los propios diseñadores, esta sección revela la investigación y la inspiración detrás de los trajes icónicos en una serie de períodos históricos y géneros. Se muestran fragmentos de secuencias en pantallas para contar la pesquisa de los diseñadores. El mejor diseño de vestuario es a menudo invisible, especialmente en películas contemporáneas establecidas en la actualidad. Estamos tan absortos en la historia y los personajes que pueblan esta historia, que es difícil notar el enorme trabajo que hay detrás de cada prenda de vestir. Como dijo Edith Head, ocho veces ganadora del Oscar de la Academia, "Si la diseñadora de vestuario puede hacer que el público sienta que el actor es el personaje, entonces es un buen trabajo de vestuario". Los trajes son un canal de comunicación que logra transformar una página escrita en un personaje multidimensional. Los diseñadores de vestuario trabajan en conjunto con los directores para dar el carácter que necesita un actor para contar una historia. Cuando un personaje y una película logran capturar al público, los trajes pueden influir en las tendencias de moda en todo el mundo e influir en la cultura global.
Las películas son sobre gente. Para lograr empatía con esta gente, es fundamental una buena caracterización de los personajes en las historias y el vestuario es una primera puerta de entrada para crear esta sensación. La diseñadora de vestuario debe saber "quién" es un personaje antes de que puedan diseñar su traje. La audiencia tiene que creer que los personajes de la película son reales y que tenían una vida antes del comienzo de la película.
La sección llamada diálogo examina la colaboración creativa íntima de los grandes cineastas y sus diseñadores de vestuario a partir de entrevistas que se proyectan en cámara -como las de Robert De Niro y Meryl Streep que ya describí-. En la parte de diálogo se revela la naturaleza inherentemente colaborativa de diseño de vestuario. Colaboraciones de larga data entre los diseñadores de vestuario famosos y directores de cine como Colleen Atwood y Tim Burton, Sandy Powell y Martin Scorsese, y Edith Head y Alfred Hitchcock se muestran a partir de diversos elementos. Las entrevistas con estos dúos célebres se acompañan de materiales de proceso, incluyendo muestras de la tela, bocetos de vestuario, trozos de guiones e imágenes fijas de producción. En esta sección se hace especial hincapié en los cambios importantes que enfrentaron los diseñadores de vestuario durante el siglo XX: del mudo al sonoro, blanco y negro a Technicolor y de la Edad de Oro de las corporaciones multinacionales del siglo XX y las productoras independientes.
Si bien los vestuarios de los personajes que aparecen en las dos primeras partes son impactantes, en el gran finale se redobla la apuesta en una celebración de los héroes, villanos y mujeres fatales de Hollywood. Entrar en la última galería es como ir al VIP de un night club fantástico, lleno de fundas de cuerpos famosos sin caras. Son más de 40 trajes de diferentes épocas históricas y géneros que han tomado su lugar permanente en la cultura popular internacional. Se destaca el traje usado por Christopher Reeves en “Superman” que vuela sobre el resto de los mortales. En una esquina, la armadura negra de uno de los últimos Batman. Agazapado en una postura increíble está el traje de “Spiderman” -uno de los pocos que podría tener una persona adentro, ya que tiene máscara-. El alucinante traje amarillo de Uma Thurman en “Kill Bill” está en una posición muy interesante, como si estuviera en pausa durante una de sus mortales patadas. También están la ropa de colegio con varita de “Harry Potter”, los trajes de terciopelo de “Austin Powers”, el icónico impermeable de Dick Tracy, la campera, el sombrero y el látigo de “Indiana Jones”, Neo de “Matrix” y su largo sacón de cuero, el traje de Arnold Schwarzenegger en “Terminator” con su campera llena de agujeros de bala, Roxie Hart (Renée Zellweger) en “Chicago” y las zapatillas rojo rubí de Dorothy de “El Mago de Oz”, entre otras joyas.
La sensación que me quedó
Si bien en algún momento de mi vida trabajé como director de arte y tengo una noción de la importancia del vestuario en una producción, esta muestra generó en mí un impacto inesperado y me dio claves para comprender el porqué del éxito de Hollywood. Cada uno de los infinitos roles que aparecen al final de una película son superartistas profesionales que trabajan con un nivel de seriedad admirable. Los diseñadores de vestuario en particular son narradores, historiadores, comentaristas sociales y antropólogos. Si bien las películas siempre son sobre la gente y los problemas humanos, el diseño de vestuario juega un papel fundamental en llevar a estos personajes a la vida. Hollywood Costumes ilustra este proceso que llevan a cabo los diseñadores de vestuario en la creación del personaje desde el guión hasta la pantalla. Esta exposición explica por qué la gran mayoría de los personajes más emblemáticos e inolvidables del último siglo salen de Hollywood. Por qué cuando vamos a una fiesta de disfraces o a un carnaval hay tantos héroes y villanos de sus películas.
Por primera vez se exhiben estos trajes de la historia del cine que nunca habían salido de las colecciones privadas y de los archivos en California. La mayor parte de esta ropa nunca se había mostrado en público y nunca se habían visto más allá de las paredes seguras de los archivos del estudio. Hay algo de acceso al making of de las películas, a ver la estructura que soporta estos mitos en los que se invierten millones de dólares que resulta verdaderamente asombroso. La exhibición que arrancó en el Victoria and Albert Museum in London, tuvo tal éxito que empezó una itinerancia por distintos museos de Estados Unidos.