La productora Filmic incorporó como directora a la fotógrafa Andy Cherniavsky, quien se suma al staff integrado por los directores Alejandro Hartmann y Esteban Farfán y el productor Adrián D’Amario.
“Estoy muy acostumbrada a trabajar en un estudio con un equipo muy reducido y con una comunicación muy puntual”, dijo Cherniavsky en diálogo con adlatina.com. “Además, el hecho de haber trabajado tanto en fotografía hace que esté acostumbrada a que cada dos o tres días -como mucho, una semana- termine un trabajo y tenga que ponerme a pensar en otra idea para otro cliente, y otra, y otra, y así sucesivamente. Aunque ya hice algunos comerciales -fuera de Filmic-, incorporar el movimiento a la visión, así como trabajar con equipos humanos más grandes, será un desafío total”, añadió.
Junto con Gabriel Rocca -a quien ahora llama su “socio de estudio”, porque comparten el alquiler de un establecimiento pero no el trabajo-, Cherniavsky marcó un paradigma nuevo en la fotografía de modas en la Argentina, como también en las imágenes de rock. “Ya veníamos autolanzándonos a dirigir, con Fantasías”, evocó la fotógrafa y actual directora, en referencia a un trabajo televisivo en el cual ambos fotografiaban a gente “común” en producciones relacionadas con las fantasías que los fotografiados sugerían. “Ahora, él está filmando un proyecto para Playboy, que es espectacular pero que a mí no me cerraba. Y nuestra relación mejoró en un 100 mil por ciento, porque en dieciocho años ya nos había pasado todo lo que nos podía pasar”, sostuvo Cherniavsky.
Una cierta mirada
Filmic la convocó, precisamente, porque le interesaba el diferencial que como fotógrafa top podía aportar a la dirección de comerciales publicitarios. Y ella está de acuerdo. “D’Amario me transmitió muy claramente lo que pretendían con mi incorporación: esta mirada fotográfica. Además, lo que me tentó fue que me sentí muy contenida y muy cómoda desde lo humano”, sostuvo.
Sobre su estilo, Cherniavsky afirmó: “Por mi experiencia, tengo una concepción de la iluminación, de la puesta, de los ángulos, de los encuadres, que es muy minuciosa. Cuando uno fotografía a una modelo, está pendiente de la oreja, de cómo cae el pelito. Pero mi interés es que si estoy fotografiando un televisor, también sea hermoso, y quiero trasladarlo también a la filmación. Ahora quiero apoyar y desarrollar a una marca desde la publicidad filmada”.
Aunque localmente todavía está en etapa de preproducción de algunos trabajos, Andy ya ha hecho algunos comerciales para México y para España. Pero ya tiene una experiencia con Filmic que le permite avizorar su futuro laboral próximo. “Empezamos a presupuestar varios comerciales y a poner en marcha la batería de recursos para comenzar a filmar algunos trabajos puntuales. Hacer un presupuesto de repente te lleva a imaginarte todo el trabajo; aunque todavía no tengas hecho nada, en tu cabeza tenés que desarrollarlo completo”, comentó con entusiasmo.
Aristas
Éstas no son las únicas novedades, ni para Filmic ni para Cherniavsky. En simultáneo con esta incorporación, Filmic estrenó oficinas en el barrio porteño de Palermo sobre la calle Nicaragua. En tanto, Andy también se lanzó como empresaria gastronómica. “De tanto ver a mis compañeros comer comida chatarra durante las producciones, se me ocurrió armar un fast food que a la vez fuera oriental y sano”, evoca. Así nació Wok Inn, que -lo que es toda una sorpresa tratándose de este submundo- no se encuentra en Palermo sino en plena city porteña, en la esquina de Lavalle y la avenida Leandro N. Alem; y que ofrece delivery en toda la ciudad de Buenos Aires y en la zona Norte del Conurbano.
Para Andy, este emprendimiento no es sino una faceta más de lo mismo: su interés por la belleza. “Siempre me interesaron la estética, la nutrición, la cosmética; soy muy estudiosa; tengo mucha bibliografía teórica al respecto”, justificó. Y confesó que la primera vez que fotografió a una modelo volvió a su casa llorando, con su “pobre tapadito negro, hecho pelota”. Pero rápidamente, contó, el contacto diario con esas diosas inalcanzables se convirtió en un estímulo en vez de en una fuente de frustración. “Ellas me dan energías para decirme ‘tengo que hacer más gimnasia, tengo que cumplir con la dieta, es posible hacerse un baño de crema en el pelo todas las semanas’”, concluye entre risas.