Es muy común que las cadenas de comidas rápidas como McDonald’s aprovechen el estreno de películas exitosas para ambientar temporalmente sus locales y crear promociones especiales en torno a éstas. Las campañas le otorgan un plus al negocio pero nunca varían la totalidad de su esencia y mucho menos su nombre. A diferencia de McDonald's, la cadena de supermercados 7-Eleven se embarcó en un cambio total con la llegada de la tan anunciada película Los Simpsons: no sólo modificó sus negocios sino que cambió su nombre por Kwik-E Mart, una destacada tienda de la serie, aunque –aclararon– lo hacían sólo por un período de tiempo.
Los gastos de la campaña, calculados en 10 millones de dólares, no corrieron por cuenta de 20th Century Fox, cadena dueña de la película, sino por parte de 7-Eleven. Las autoridades de la cadena piensan que los fans ya se encargarán de pagarlos con el aumento en las ventas.
Por ahora no se equivocaron: según un sondeo realizado entre el personal de los locales las ventas aumentaron entre un 300 y 400% en los primeros días.
Los nuevos 7-Eleven
La campaña desarrollada por la agencia Fresh Works, perteneciente al Omnicom Group, busca reproducir en el mundo real al famoso supermercado simpsonianio Kwik-E Mart, cuyo propietario en la ficción es un inmigrante ilegal hindú llamado Apu. Los más de 6 mil locales de la cadena fueron especialmente decorados tal como aparecen en la serie, lo que incluye detalles como por ejemplo las salchichas vencidas de Homero y al anciano Gaspar que en un capítulo quedo atrapado en una heladera. Además, se colocaron figuras de distintos personajes de la serie distribuidos a lo largo del local: entre ellos se destacan el jefe de la policía Gorgory, comiendo una rosquilla, y el delincuente Snake con un arma en la mano.
Otra buena apuesta fue lanzar productos de la serie: los cereales del payaso Krusty y la famosa Buzz Cola se encuentran a la venta. Ya hay personas de otros países que ofrecen más de 100 dólares por adquirirlos. La popular cerveza Duff no pudo crearse debido a que la película es para mayores de trece años.
El recurso publicitario utilizado es conocido como reverse product placement que consiste en trasladar productos de la pantalla a la realidad. Claro que, en este caso, no sólo se trasladan productos sino también el nombre de la tienda. Dicho recurso ya fue utilizado anteriormente con golosinas provenientes de la película Charlie y la fábrica de chocolate o con el restaurante Buba-Gump Shrimp extraído de la taquillera Forest Gump.
El día después de mañana
Si bien hasta ahora la campaña goza de un notable éxito, es todo un interrogante ver qué ocurrirá con la imagen de la cadena una vez que aquella finalice. Por un lado, 7-Eleven puede verse negativamente afectada por relacionarse con Kwik-E Mart: en el programa es muy mal vista por sus elevados precios y la baja calidad de sus productos. Sin embargo, los directivos de la empresa consideran que es una buena forma de reírse de ellos mismos. Habrá que ver qué opina el público.
Por otro lado, la “Simpsonmanía” atrae nuevos clientes que, con el tiempo, pueden convertirse en compradores habituales. La cadena puede continuar ofreciendo los productos de la serie para que el retorno del viejo 7-Eleven no sea tan brusco.
Otro detalle curioso para el final: aunque la película se estrena recién el 27 de julio, los fanáticos ya pueden deleitarse visitando un Kwik-E Mart real.