Como una mujer coqueta que busca cuidar su apariencia, el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Nueva York da la impresión de no querer envejecer nunca. Cumplidos 75 años de fundación -allá por 1929- el MoMA utilizó una vez más el recurso que a lo largo de su historia le ha permitido atraer a miles de turistas y fanáticos del arte de todo el mundo y convertirse en uno de los más importantes íconos del arte moderno y contemporáneo: la arquitectura.
El 20 de noviembre, luego de la que fue la mayor remodelación de su historia, el MoMA reabrió las puertas del edificio de Manhattan, de donde se había mudado en 2002 para comenzar un intensivo remake estético.
Luego de una extensa búsqueda por un nombre, un arquitecto que tuviera la capacidad de arreglar las “arrugas” del edificio sin cambiar su esencia, el japonés Yochio Taniguchi fue el elegido. Para él, el desafío era enorme: no sólo se trataba del primer concurso obtenido sino también de su primera comisión internacional. Y no le fue nada mal. Con su nuevo diseño para el MoMA demostró su habilidad y talento para combinar la más interesante expresión arquitectónica, con un ambiente propicio para el disfrute del arte, mediante el perfecto toque de imaginación en el uso de la luz, los espacios y materiales como el cristal, el granito y el aluminio que se conjugan en la elegancia del edificio.
Todo empezó con el número nueve
La colección de obras, que se inició con tan sólo ochos copias y un dibujo regalado, incluye más de 135 mil pinturas, esculturas, dibujos, copias, fotografías, modelos arquitectónicos y diseño de objetos, y más de 19 mil films. Sin contar los recursos presentes en bibliotecas y en el archivo -es el más extenso y completo material relacionado al arte moderno y contemporáneo en el mundo-. Este rápido y constante crecimiento en material hizo necesaria ampliar el espacio físico, par así poder aumentar el espacio disponible donde desplegar la gran cantidad de trabajos del MoMA. En este sentido, el espacio dedicado a la exposición de obras se aumentó considerablemente, mientras que el espacio total del nuevo MOMA es de casi el doble que el anterior.
Nuevos espacios
Una espaciosa galería dedicada exclusivamente al arte contemporáneo fue construida en el segundo piso, mientras que otras más pequeñas se ubican en los pisos superiores. En el último, se hicieron amplias y luminosas galerías para las exhibiciones temporarias. También, desde ahora existe un espacio especial para actividades educativas, que incluirá una expansión de la biblioteca y el archivo.
Entre las obras más destacadas del arquitecto japonés Yoshio Taniguchi se incluye un vestíbulo que conecta las calles 53 y 54, y que funciona como el “centro de información” del museo, con información sobre socios, exposiciones y programas, y accesos a los teatros, restaurants, paseos y jardín del museo. El lobby tiene vista a la Sculpture Garden y a un atrio luminoso que se encuentra a 110 pies por encima del nivel de la calle, obra también de Taniguchi. También,se destaca una cortina de cristal que cubre el jardín con vista al Abby Aldrich Rockefeller Sculpture Garden, que Taniguchi identificó como “quizás el elemento más distintivo del museo hoy en día”.
Un clásico, pero renovado
El arquitecto conservó el diseño original de 1953, de Philip Johnson y reestableció la terraza sur para crear un elegante patio exterior para un nuevo y fino restaurant. Además extendió el jardín hacia el este, el oeste y el sur y agregó a su alrededor masterworks de escultura moderna, plantaciones de estación y fondos reflectores.
“La interacción entre la gente, las maravillosas obras de arte y la innovadora arquitectura son una constante fuente de auto-renovación que lleva al museo a ser tan dinámico y cambiable como la ciudad donde se aloja y tan evolutivo como el arte que hay en él”. Las palabras de Glenn D. Lowry, director del MoMA sirven como un cierre perfecto para demostrar que la impactante remodelación del museo concuerda exactamente con el objetivo principal que siempre persiguió: construir una colección que sea más que una reunión de masterworks, que proporcione una revisión única y exhaustiva del movimiento de arte moderno que se revela en todos los medios de comunicación visuales. En este sentido Lowry sostiene que mientras las nuevas galerías permiten incrementar la cantidad de espacio disponible para las exhibiciones, Taniguchi logró preservar la experiencia íntima de poder sentir que se está cara a cara frente a cada obra de arte.
Sin perder la coquetería
El Museo de Arte Moderno –MoMA- nació en la ciudad de Nueva York con el objetivo de que la gente pueda entender y disfrutar el arte de su tiempo. Además, tanto en la cabeza de sus diseñadorres Lillie P. Bliss, Cornelius J. Sullivan y John D. Rockefeller, Jr., como en la de su fundador Alfred H. Barr, Jr., rondaba la idea de cambiar las formas conservadoras de los museos tradicionales y crear un espacio dedicado exclusivamente al arte moderno que pudiera ser parte de la créme de la créme del arte mundial.
Con el peso de todas las expectativas que habían puesto sobre él, el MoMA finalmente abrió sus puertas en 1929, en the Heckscher Building –en la esquina de la Quinta Avenida y la calle 57-, con una maravillosa respuesta del público, entusiasmado con este nuevo proyecto. Pero no sería sino hasta 1939 cuando el MoMA encontrase su verdadero lugar: el International Style building, ubicado en el centro de Manhattan, diseñado por Philip L. Goodwin y Edward Durell Stone.
Con los años, el MoMA fue ganando espacios y cfreció notablemente. Entre 1951 y 1963 adquirió terrenos adyacentes al edificio –conocidos como el ala oeste y norte del museo- donde Jonson diseñó Grace Rainey Rogers Annex –tirado abajo en 1979- y The Abby Aldrich Rockefeller Sculpture Garden. También se construyó, en 1972, el Bookstore II -derribado luego en 1984-.
En 1984, bajo el diseño de Cesar Pelli & Asociados, el MoMA comenzó una serie de retoques para que no se le noten los 55 años que ya llevaba encima, y decidió renovar y mejorar sus instalaciones. Se crearon nuevos espacios para las exhibiciones en el ala oeste y se agregó un nuevo teatro y dos pisos de oficinas. Además, se construyó un jardín cerrado con cristales con vista a la Sculpture Garden, cuya área fue totalmente restaurada, y se agregaron dos restaurantes.
En 1996 se adquirieron dos nuevos terrenos con miras a una futura expansión, para la cual se eligió, al año siguiente, el talento del arquitecto japonés Yoshio Taniguchi.
Recién entre el 2000 y el 2001 se comenzó con la remodelación más importante en la historia del museo. Para esto fue necesario que el MOMA cerrara las puertas de la calle 53, en Manhatan, en mayo de 2002, y se mudara temporalmente a MoMA QNS en Long Island, Queens, hasta el 27 de Septiembre de 2004, cuando comenzaron los preparativos para que el 20 de noviembre de 2004 -con unos 75 años muy bien disimulados- el MoMA reabriera con orgullo sus puertas en Manhattan.
Taniguchi, con su propia exposición
“Transformar el MoMA en un Nuevo y valiente museo manteniendo su contexto histórico, social y cultural”, esa fue la propuesta con la que el arquitecto japonés Yoshio Taniguchi ganó el proyecto para remodelar el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en 1997, en lo que era no sólo su primera licitación sino también su primera comisión internacional.
En el museo, Taniguchi tiene su propia exposición: “Yoshio Taniguchi:Nine Museums”.
En la muestra, que estará hasta fines de enero, se exhiben los diseños de nueve museos que permiten apreciar el talento y la capacidad de este arquitecto para encontrar el punto justo entre elegancia e innovación.
Presidente de Taniguchi & Asociados -en Tokio, Japón- desde 1979, Yoshio Taniguchi fue nombrado Hombre Honorario del Instituto americano de Arquitectos, en 1996. Entre sus proyectos se encuentran: The Shiseido Art Museum –1978-; The Ken Domon Museum of Photography –1983-: The Tokio Sea Life Park –1989-; The Nagano Prefectural Shinano Art Museum, en Higashiyama Kaii Gallery -1990-; The Marugame Genichiro-Inokuma Museum of Contemporary Art, en Marugame City Library –1991-; The Toyota Municipal Museum of Art –1995-; The Tokio National Museum, en The Gallery of Horyuji Treasures –1999- y The Kyoto National Museum, en Centennial Hall –que se finalizaría entre 2006 y 2007-.