El gobierno chino aprobó un proyecto por el cual el tren hoy conocido como “magley” (abreviatura de “levitación magnética” en inglés), que ya une Shangai con su aeropuerto internacional, a casi 40 kilometros, en menos de ocho minutos, se extenderá hasta Pekín para 2010. Según informaron, las obras comenzarán en 2006 para la extensión de la línea hasta Hangzhou (Zhejiang, este). “Se espera que esta línea entre en funcionamiento antes de la Expo de 2010 en Shanghai”, declaró un diputado que no reveló su nombre al diario Shanghai Daily.
Las tecnologías para la extensión son nacionales, aunque la primera parte del trayecto del tren haya sido construida con materiales importados de Alemania.
Las autoridades esperan que contribuya a impulsar las inversiones y el crecimiento económico del delta del río Yangtsé, en torno a Shanghai, en el este del país, la zona más desarrollada y atractiva para el capital extranjero de toda China.
De hecho, en los últimos años, muchas empresas interesadas en establecerse en el delta del Yangtsé han optando por los parques tecnológicos e industriales de las ciudades satélite de Shanghai, ya que éstas son más baratas, están bien comunicadas y disponen de infraestructuras nuevas y condiciones fiscales atractivas para la inversión.
Además, creen que el proyecto será clave en el desarrollo a mediano y largo plazo de la red ferroviaria nacional; y que contribuirá a aliviar los escasos vínculos ferroviarios entre las dos principales ciudades del país, separadas por más de 1.200 kilómetros.
Las autoridades estatales explicaron que Shanghai quedará probablemente excluida de las nuevas rutas de trenes que vincularán Pekín y Chengdu (provincia de Sichuan, centro) con la capital del Tíbet, Lhasa, que comenzarán a funcionar en julio. De todos modos, Elva Zhou -vocero de la oficina de Turismo Tibetano de Shangai- aseguró al Shanghai Daily que “la respuesta definitiva llegará la semana que viene”, aunque no se esperan grandes cambios.
Con tecnología mixta
La construcción tardará cuatro años y tendrá un costo total de 35 mil millones de yenes (alrededor de 4.300 millones de dólares).
“El tren Shanghai-Hangzhou en parte utilizará tecnología alemana, pero la tecnología principal proviene de ingenieros chinos”, dijo un diputado. Y señaló que las instituciones chinas y alemanas correspondientes están negociando la transferencia de tecnología, ya que, en principio, el desarrollo del tren se había realizado a través de la importación de tecnología germana. E inclusive el gobierno chino dijo que se buscarán inversores y se abrirá el juego a inversores privados.