“Circus ha crecido mucho en el último tiempo. Sentimos que el recorrido, los premios y la experiencia que Facundo Romero ha tenido trabajando regional y mundialmente en agencias como Ponce Buenos Aires, o incluso antes en Los Ángeles para México y el mercado el hispano de Estados Unidos le daban el perfil ideal. Estamos muy contentos con los primeros trabajos, estamos sumando mucho y diferente a los clientes de Circus”, explicó Bruno Lambertini, socio fundador de Circus Marketing, agencia que acaba de lanzar Oslo, un laboratorio de ideas basado en
“Buenos Aires es un centro de talento creativo increíble, esperamos poder atraer el mejor talento para pensar en proyectos regionales. El nombre surgió después de muchas idas y vueltas. Oslo habla de un lugar lejano, apartado, pero a la vez atractivo, interesado y fuera del sistema, sumado a un particular fetiche de Facundo por todo lo nórdico. De alguna manera el laboratorio es eso: un espacio alternativo, que trabaja desde otro lugar proponiendo fuera del sistema”, cuenta.
Por su parte, Facundo Romero, flamante DGC de Oslo, comenta: “La experiencia me parece interesante. Circus está bien posicionada en México y a futuro tiene mucho para desarrollar creativamente en el área hacia el cual está virando la comunicación, que es mucho más integral”.
El laboratorio cuenta con una estructura en ampliación: actualmente se compone de ocho personas que trabajan en dupla, y hay planes de expansión: “A futuro queremos sumar más duplas, y personas de más rubros, como por ejemplo algún diseñador industrial para que colabore con la parte de desarrollo en 3D”. Oslo actualmente trabaja íntegramente para México, encargándose de proyectos regionales sin prestar –por el momento- atención al rubro local. De todas formas, Romero anticipa que en un futuro atacar proyectos locales será una posibilidad.
En resumen, los trabajos partirán de la premisa de que “lo que importa son las ideas, independientemente de la plataforma. Eso en las agencias grandes es más complicado de desarrollar, o no se lo está haciendo totalmente”.
“Oslo es el laboratorio creativo de Circus –agrega Lambertini-. Pero es posible que a mediano plazo Circus profundice aún más la operación en
El DGC dejó recientemente Ponce Buenos Aires en excelentes términos: “Es una agencia de las mejores del mercado, pero estaba con ganas de un cambio. Trabajé ahí y desarrollé un ciclo que sentía que tenía que evolucionar hacia otra cosa, surgió esta oportunidad y la tomé”. Lógicamente, los trabajos en ambas estructuras tienen una serie de diferencias: “Aunque acá tenés que hacerte cargo de más cosas que en una estructura grande están un poco más cubiertas, por otro lado todo es una dinámica mucho más ágil por ser una estructura más chica”.
Así, otra de las diferencias entre una estructura de agencia grande pasa por la forma en que se desarrolla un mensaje: “En el pasado, las agencias tradicionales se enfocaban en plataformas predeterminadas: TV, radio y gráfica. En este caso es al revés: puede llegar a ser cualquier medio, cualquier público y cualquier plataforma, dependiendo de lo que el cliente y el proyecto necesiten. Lo que esto implica es que uno no sabe en qué va a terminar, a diferencia de las agencias tradicionales que muchas veces tienen un trabajo más preseteado”.
Sobre si hay dificultades en pensar un trabajo desde Argentina para México, Romero se mostró optimista: “Hay cosas que a nivel insight, son humanas. Hay cuestiones que no son nacionales, depende del caso. La verdad, la experiencia que traigo de Ponce, tras haber trabajado para proyectos regionales y mundiales ya da un entrenamiento para entender tanto a consumidores como mensajes que no son propios”.