DOS CREATIVOS ARGENTINOS EN LA AGENCIA HOT DE INGLATERRA
Gaby y Carlos Bayala: “Estamos en la agencia ideal”
(Por Jorge Martínez y Pancho Dondo, enviados especiales) - Gabriela y Carlos Bayala, un matrimonio de creativos argentinos, quienes desde hace poco más de dos años residen en Londres, ingresaron hace unos pocos meses a la agencia hot de esta ciudad –así fue catalogada por la prestigiosa Campaign Magazine– superando, como en los sueños con finales felices, un duro desafío: crear la campaña para pre
Gabriela y Carlos Bayala, instalados en la casa-rodante en la que firmaron el acuerdo con Saville, recordaron: “Inicialmente nos ofrecieron un free-lance por un mes y con muy baja expectativa”.
“Estamos muy cómodos, es la agencia ideal –reflexiona Carlos Bayala, ex director general creativo de Graffiti D’Arcy y ex Young & Rubicam, entre otras agencias argentina, y creador de trabajos notables como el “Vestuario de fútbol”, para Canal 13, o “Presentación de campaña” para el Bureau de Cable-. Estamos en una ciudad muy distinta (Londres) y en el lugar más parecido a Buenos Aires: esta es una agencia que alberga a creativos de varias nacionalidades y todos son muy macanudos”.
“Es un lugar donde se apoyan las ideas –dice casi a la vez Gabriela Bayala, esposa de Carlos y directora de arte hasta su partida a Londres de Savaglio TBWA-. Yo había realizado un experiencia en Lowe Howard Spink que fue poco reconfortante. Sucede que es una agencia en la que todos los creativos son hombres, todos encerrados en sus boxes y a quienes prácticamente no tenía acceso”.
Lo real, lo concreto, es que la aventura de los Bayala continúa mejorando. Hace dos años Carlos Bayala ganó una de las doce becas para estudiar en el Slade School of Arts de esta ciudad (uno de los más respetados), un ciclo que terminó brillantemente durante este año graduándose con todos los honores y exponiendo en galerías de Londres y próximamente de Hamburgo, en Alemania. “Cuando Carlos finalizó sus estudios en la universidad, ambos teníamos muchos deseos de continuar viviendo aquí. Conseguimos una entrevista con un par de creativos de Mother –hoy compañeros de trabajo- y a ellos les encantó la carpeta de Carlos –dice Gabriela-. Entonces, se la presentaron a los socios y éstos nos ofrecieron en carácter de prueba un free lance de un mes de duración”.
La historia continuó como en los cuentos con finales felices: “En un mes debimos armar una presentación para un producto de Coca Cola, una marca que estuvo dos años en Mother y a la que ya nadie quería atender. La cuenta parecía que se iba cuando decidió invitar a TBWA, Leo Burnett y Mother a un concurso –recuerda Carlos-. Por eso digo que nos ofrecieron un free-lance por un mes y con baja expectativa”. Claro, en estas circunstancias es lógico intuir que en Mother se deben haber dicho: ¡Probemos!
“La primeros días no nos dieron pelota. A la semana presentamos conclusiones y estrategia y logramos una reunión con el cliente y, a partir de allí, una fluida relación. A la tercera semana estábamos trabajando en equipo con Robert Saville en su casa particular –continúa Carlos–. A la quinta semana se enteraron de que Mother retenía la cuenta”. Mother es una agencia atípica. Ubicada en St. John Street, muy cerca de Farringdon –estación del underground–. Tiene dos niveles: en el subsuelo está la cocina –todos los integrantes tienen comida y bebida gratis-, un depósito donde todos dejan la computadoras portátiles y un pequeño sector con las computadoras fijas de diseño. Las notebook para cada uno de los integrantes no son fijas se toman por orden de llegada y lo más llamativo es la mesa de tres cuerpos y treinta metros en la que todos trabajan. A la vez, cada dos semanas todos cambian su ubicación. Otros dos lugares llamativos son: la casa rodante donde se realizan reuniones –es real– y una sala de reuniones que se ubica a un metro sobre el nivel del resto del lugar y al que sólo se permite ingresar sin calzado –para no ensuciar la alfombra–.
“Cuando Robert fue informado de la buena nueva –el concurso ganado con el aporte creativo de los Bayala– nos reunió, a Carlos y a mí, en la casa rodante y nos preguntó: ‘¿Cuánto quieren ganar?’”, recuerda con satisfacción Gabriela. Ahora sólo resta esperar que tomen notoriedad sus trabajos, aunque ellos lentamente se van haciendo conocidos en este difícil mercado. De hecho, Campaign ya les dedicó un pequeño artículo.