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ENTREVISTA CON EL MEJOR BASQUETBOLISTA ARGENTINO DE TODA LA HISTORIA PUBLICADA EN ADLATINA MAGAZINE

Ginóbili, estrella del básquet, figura de las marcas

El mejor basquetbolista argentino de la historia recibió a Adlatina y dialogó sobre su perfil de deportista y su imagen frente a las marcas. Habló sobre su aprendizaje y las experiencias que fue incorporando a través de las distintas propuestas. A sus 33 años, se reconoce selectivo en cuanto a las marcas a representar, y prioriza su carrera profesional.

Ginóbili, estrella del básquet, figura de las marcas
“A todas las marcas les doy lucha, perseverancia, humildad, mucho trabajo y honestidad”, sostiene Manu Ginobili.

Emanuel Ginóbili ya se ganó un lugar entre los más grandes deportistas argentinos de la historia. Este jugador nacido en Bahía Blanca fue creciendo paso a paso en su carrera hasta convertirse hoy en estrella de San Antonio Spurs, una de las franquicias más exitosas de los últimos años en la NBA.

Campeón europeo, tricampeón de la NBA y ganador de la medalla dorada en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004, Ginóbili fue consolidando con el paso de los años su figura deportista, transformándose en un blanco para distintas marcas  que decidieron tentarlo para que fuera su imagen publicitaria.

Además de Nike, su primer sponsor en materia de calzado y ropa, ha trabajado entre otros con Gatorade, Banco Provincia, Movistar, Aeropuertos Argentina 2000, PokerStars y Time Warner, en Estados Unidos.

En un distendido diálogo con Adlatina, Manu Ginóbili habló sobre el aprendizaje que fue realizando a medida que aumentaba su popularidad y las propuestas se hacían más numerosas, su exposición cotidiana y su perfil de deportista.

 

-Como deportista de elite y estrella de la NBA. ¿Cómo trabaja el tema de su imagen y la relación con las marcas?

-Es un tema que charlamos y debatimos con Carlos (Prunes, su representante). Juntos estudiamos cuáles son las mejores opciones. Entre todas las posibilidades que nos llegan, analizamos cuáles son las que nos pueden favorecer y con las que yo me siento en cierto modo identificado.

 

-¿Cómo definiría su imagen?

-Yo creo que tengo un perfil bastante bien definido de quién soy. No aparento nada. Es un perfil serio, tranquilo, no extrovertido ni hollywoodense. Tengo la imagen de tipo común que le fue muy bien en un deporte, en su habilidad, pero que conserva su estilo de vida, y las marcas que les conviene eso me vienen buscar. Cada uno ve su nicho y cómo puede trabajar en su marca para hacerla más conocida o más popular.

 

-¿Qué valores cree que le aporta a quienes trabajan con usted?

-Creo que a todas las marcas les doy lucha, perseverancia, humildad, mucho trabajo y honestidad. Yo no tuve una carrera que a los 18 años ya decías ‘este pibe va a ser tricampeón de la NBA’. Todo fue paso a paso, gradual, con mucho laburo y relegando muchas cosas en pos de un objetivo.

 

-¿Cómo fue procesando la atracción que puede generar en las marcas para convertirse en su imagen publicitaria?

-Fue un gran aprendizaje a lo largo de mi carrera poder asimilar el hecho de que me llamen para que represente a una marca. En 2003, cuando llego a la NBA y salgo campeón, empezamos a ver que el nivel de popularidad iba creciendo y que eso se convertía en algo que podíamos aprovechar y utilizar. La primera marca en con la que trabajamos fue Gatorade, con quienes empezamos a charlar y ver la posibilidad de hacer un acuerdo, e hicimos una campaña de lanzamiento. Fue muy raro para mí. Tuvimos grabaciones maratónicas pero fue una experiencia distinta, porque nunca me había tocado. Después se sumaron en su momento Movistar y Banco Provincia, que duraron un par de años, y de esa manera fui aprendiendo. Además, siempre tratamos de que no me muestren solo a mí con la camiseta, sino que se represente otra faceta de mi vida, no solo la deportiva. También es algo que estoy aprendiendo y disfrutando como una buena experiencia. Ademas, me gusta pensando en lo que viene después de mi carrera. No sé cuáles de esas empresas o marcas me van a seguir queriendo en ese momento, pero puede llegar una posibilidad, y creo que les puedo seguir aportando algo más allá de un triple o una volcada.

 

-¿En qué se basa su elección para trabajar con tal o cual marca?

- Siempre trato de que las que se relacionan conmigo sean marcas o empresas con las que tenga alguna afinidad, o que yo use, me guste o pueda usar. Y después, definitivamente hay cosas que no quiero promocionar, porque no creo en ellas o porque no me gustan. Por ejemplo, en los últimos 15 años comí dos veces en un restaurant de comida rápida, entonces no voy a promocionar una cadena de esas.

 

-¿Cómo manejan esa libertad en la NBA, una liga con tantas disposiciones y actividades relacionadas con la imagen y el marketing?

-En la NBA no te obligan a nada. Te pueden pedir o tratar de convencer para ir a algún lugar o hacer algo para determinada marca, pero cuando llegue el momento vos podes decir sí o no. Ellos hacen actividades, te invitan a participar y te explican la importancia de que lo hagas para todos, tanto para el deporte como para la sociedad, la imagen de tu equipo y la tuya. Son situaciones en las que todos se ven beneficiados y uno trata de hacerlas, pero hay momentos en los que no se puede, o hay conflicto de intereses. Como comentaba, hay empresas que no tengo ganas de hacer o que son competencia de otras con las que trabajo. En cuanto a la indumentaria, la liga firma convenios con marcas y viste a todos los equipos. Actualmente es Adidas, antes fueron Reebok, Nike y Champion. Lo único que nos dejan libre elección es el calzado. El resto tiene que ser todo la ropa oficial de la NBA. No podés usar una vincha que diga una marca, no te podés tatuar algo que diga una marca, absolutamente nada. Es una regla de la NBA. En el tiempo libre, lo que quieras, adentro de la cancha, sólo la ropa oficial.

 

-¿Con qué marcas le gustaría trabajar en un futuro?

-Por lo que es mi vida y por cómo me manejo yo, creo que una marca tecnológica, ya sea de portátiles o teléfonos, por todo lo que significa la tecnología en mí y por todo lo que la uso, es lo que me falta. Pero no es algo por lo que yo esté trabajado ni es mi objetivo. No estoy dispuesto a ceder tanto tiempo del poco descanso que tengo en pos de un sponsor más. Si se da, si llega y me gusta, sí, pero no estoy pensando en eso ni dispuesto a buscar una oportunidad. No me interesa, por lo menos ahora, porque son nueve meses de competencia en NBA y después la Selección. Tengo uno o dos meses libres y me cuesta mucho. A nivel futuro me puede llegar a interesar y creo que puedo llegar a invertir más tiempo. Ahora no se justifica.

 

-Es una persona muy activa en las redes sociales. ¿Cómo cuida su imagen en ese sentido y qué ventajas encuentra en esas plataformas?

-Creo eso lo genial de lo que es la Web 2.0 es que vos compartís, informás y mostrás de tu vida lo que vos querés mostrar, lo que crees positivo. Vos lo decís cuando querés, cuando el ánimo que corresponde, compartís la foto que te parece. Son todas cosas que creo que suman a que te conozca la gente en tu vida diaria, más allá de lo que hago adentro de una cancha. Quizá hasta puedo compartir o decir cosas que jamás haría en una entrevista. Es algo que me parece único, no hay intermediarios ni filtros.

 

-Como deportista, y estando en Estados Unidos, ¿cómo se vivió el escándalo en el que se vio involucrado Tiger Woods?

-Yo no tengo tanta experiencia, pero nunca vi nada igual. No tengo adjetivos para describir lo que causó Tiger Woods en la sociedad norteamericana en esos días. ¡No se hablaba de otro tema! Llegábamos al vestuario y estaban hablando de eso. Me iba, y en los medios seguían comentándolo. Era el tema: las repercusiones del divorcio, especulaciones de su vida, las empresas que se le iban a caer, su carrera deportiva que iba a ser difícil. Fue tremendo. Todos los canales de espectáculos y los noticieros tocaban el tema, hacían hipótesis. Era una cosa increíble.

 

-Y muchas marcas también se alejaron de él…

-Uno lo entiende. Hay empresas para las que la reputación, y el hecho de ser un personaje ejemplar es imprescindible, y otras que pueden jugar un poco más con la innovación, hacer cosas raras o salirse del libreto. Pero Tiger tenía una imagen muy definida, era un tipo modelo, y además el golf es un deporte muy conservador, muy de etiqueta. En ese sentido, me parece que el básquet es diferente, más diverso.

 

-¿Cómo ve la situación del básquet como negocio y producto en Argentina?

-Es un tema. El fútbol es tan masivo y tan penetrante que absorbe gran parte del negocio del deporte en el país. Hasta las empresas de ropas de deportes con lo que pueden traer a Argentina, tienen que elegir y lo que más traen es fútbol. Y así y todo, no se ven tampoco muchas figuras del fútbol muy identificadas con una marca. No pasa lo que fue Fangio con Mercedes Benz.

 

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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