Gustavo Martínez anunció: "Estoy al tanto de los alegatos realizados en mi contra por un empleado de J. Walter Thompson, en una demanda presentada ante la Corte Federal de Nueva York. Quiero asegurar a nuestros clientes y a mis colegas que no hay absolutamente nada de cierto en estas afirmaciones disparatadas y estoy confiado que esto será comprobado en la corte”.

Una vez más, el directivo de una agencia multinacional está siendo acusado de comportamiento racista y sexista: esta vez, el CEO global de J. Walter Thompson, el español Gustavo Martínez.

Una acusación de discriminación ha sido presentada ante la corte federal de Manhattan contra él y contra WPP, el holding al que J. Walter Thompson pertenece, por la veterana ejecutiva de comunicaciones Erin Johnson, indicando que el directivo realizó “calumnias racistas y sexistas”.

Johnson, que en su trabajo cotidiano reporta directamente al CEO de la red y se ocupa de sus comunicaciones globales, tanto externas como internas, denuncia que su carrera “se desarrolló sin problemas hasta 2015, cuando JWT contrató a Martínez como chairman y CEO”. La acusación agrega que a Johnson se le hizo cada vez más difícil cumplir con su tarea, en especial con la de promover la agencia. Según explica la ejecutiva, “promover la agencia interna y externamente, con un sentido positivo, se hizo virtualmente imposible a partir de la aparente comodidad de Martínez en hacer constantes calumnias racistas y sexistas, incluso grabadas”.

Los detalles del pedido de la señora Johnson no fueron develados, pero sí se supo que la demanda es por daños compensatorios y punitivos.

Lo que pudo conocerse del texto de la demanda, según Advertising Age, “la acusación explica que Martínez hizo muchas veces comentarios despectivos y racistas, incluso en conversaciones con empleados, con ejecutivos senior y hasta con un periodista. Los ejemplos que cita el texto hablan de cuánto lo molestaban los “jodidos judíos”, su rechazo a acudir a lugares donde probablemente se encontraría con “monos negros” o “simios” que ni siquiera sabían cómo usar una computadora y su insistencia en preguntar públicamente a sus empleados a qué miembro femenino de su staff les gustaría violar”.

Con respecto a comentarios aún más ofensivos dichos en presencia de otra gente, según Ad Age, la demanda reclama que en un meeting de la empresa con más de 60 empleados, incluyendo el chief talent officer (que ejerce la dirección global de recursos humanos de JWT), Martínez distinguió entre una “buena y una mala violación”.