El número uno de la señal Cartoon Network renunció como consecuencia del escándalo que provocó una promoción que produjo conmoción pública en la ciudad de Boston, cuando los habitantes y la policía temieron que unos artefactos electrónicos instalados para el operativo fueran verdaderas bombas, producto de un ataque terrorista.
Jim Samples, que venía desempeñándose desde hacía 13 años en la compañía (propiedad de Turner Broadcasting System), comunicó a sus colegas en un memo que lamentaba “profundamente” lo que concluyó como “publicidad negativa y costosa” para el canal, y que se sentía obligado a dar un paso atrás “en reconocimiento a la gravedad de la situación que ocurrió en la ciudad”.
Al aceptar la renuncia de Samples, Mark Lazarus, presidente del grupo Turner, dijo que los directivos senior del canal seguirían reportando directamente a él “hasta tanto se designe un nuevo titular de Cartoon Network”.
La campaña estaba destinada a promover la película Aqua teen hunger force, y también se desplegó en Nueva York, Los Angeles, Chicago, Atlanta, Seattle, Portland, Austin, San Francisco y Filadelfia. La empresa madre de Turner es el gigante de los medios Time Warner Inc., con sede central en Nueva York.
Liderazgo objetado
El desastroso operativo de Boston fue sólo la gota que hizo desbordar el vaso para Samples, cuyo liderazgo en la red ya venía siendo objetado. CN, que pone en pantalla una variedad de programas además de los clásicos cartoons y dibujos animados, no logró avanzar demasiado en la competencia que lo enfrenta con otros canales infantiles como Disney Channel y Nickelodeon.
El mes pasado, en una campaña del denominado “marketing de guerrilla”, se instalaron en aquella ciudad varios tableros electrónicos que mostraban personajes del canal. En el caso específico de Boston los artefactos se instalaron en puentes, líneas de subterráneos y otras áreas de gran tránsito de personas.
Las autoridades recibieron ese día numerosos llamados al número 911, de gente que pensaba que los tableros, que tenían cables conectados, eran explosivos. Eso provocó el cierre de varios puentes y autopistas, y el consiguiente caos en la ciudad.
Turner y la agencia neoyorquina Interference, que ejecutó la campaña, aceptaron enseguida pagar a la ciudad un multa de 2 millones de dólares en compensación por el costo de la movilización de sus efectivos en la emergencia.