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DIRECTOR DE CINE DE LA SEMANA

Joaquín Cambre: “El cine es magia y nada más”

Admirador de Buster Keaton, Alfred Hitchcock y Michel Gondry, entre otros, Joaquín Cambre –director de Filmic- ha trabajado, en sus casi 14 años dentro del mundo del cine, en diversas áreas, como la fotografía y la dirección, desde cortos de animación hasta comerciales publicitarios y videoclips. En entrevista con adlatina.com, el director de 28 años sostuvo que siempre busca sorprender a su espec

Joaquín Cambre: “El cine es magia y nada más”
“Voy perdiendo paulatinamente el amor a ver películas”, confiesa Cambre.

En cada rodaje, el director de Filmic Joaquín Cambre juega a transformarse en un mago y sorprender a la audiencia “transformando las cosas ya vistas en algo novedoso y emocionante”.

Si bien se dedica al cine desde niño –como él mismo explica, su memoria lo remonta a los 13 años, aunque su padre le asegure que eligió este camino desde los 8-, Cambre no se considera un apasionado del cine. “Voy perdiendo paulatinamente el amor a ver películas”, asegura. Y se define como un espectador un tanto odioso a la hora de juzgar qué tan bueno le parece un film.    

Fotógrafo, director de cortos de animación, comerciales, cortometrajes y videoclips -entre los que se destaca Don, para Miranda!, nominado a los MTV Music Awards-, Cambre sostiene que el momento de creación que se genera en los rodajes, en que “el director está rodeado de gente que decide sobre su película y a su vez está absolutamente solo” es, simplemente, incomparable.

 

-¿Por qué, de todas las artes, eligió el cine?

-Joaquín Cambre: En principio, el cine es arte e industria. Haber elegido el cine desde mi más temprana edad (8 años según mi padre, 13 años según recuerdo yo) se debe al deseo de llevar una empresa por un camino y conseguir el resultado deseado. Por otra parte, el momento de máxima creación que se genera en los rodajes no tiene comparación con ningún otro arte; el director está rodeado de gente que decide sobre su película y a la vez está absolutamente solo.

 

-¿Qué significa el cine para usted?

-J.C.: El cine es magia y nada más. Siempre, desde mis primeros cortos -cuando tenía 14 años- hasta ahora, lo que trato de hacer es sorprender a todos como un mago.

 

-¿Se considera un apasionado del cine?

-J.C.: No. Los apasionados del cine me parecen encantadores pero, como espectador, voy perdiendo paulatinamente el amor a ver películas. Además, soy bastante injusto e irascible: una película me tiene que sorprender bastante para que salga del cine con una sonrisa (pero cuando eso pasa, no hay nada que se le compare).

 

-¿Cuál cree que es su principal virtud como director?

-J.C.: Creo que es transformar las cosas ya vistas, o los clichés, en algo novedoso y emocionante.

 

-¿Qué aptitudes cree que debe tener un futuro director?

-J.C.: Un futuro director, desde mi punto de vista, tiene que filmar mucho. Yo le diría: conseguí una cámara de video, llamá a tus amigos y hacé películas. Imitar, copiar efectos, hacer remakes truchas y divertirse grabando son cosas que sirven para descubrir el camino de un director. Además, el director tiene que ser conductor y nexo entre los productores, clientes, actores, espectadores, etc.

 

-¿Cuáles son en su opinión las virtudes y defectos de la región en cine?

-J.C.: Hablando de ficción y no de cine publicitario, creo que las ganas que hay en la Argentina de hacer cine son muchas, y eso siempre es bueno. Pero los defectos son demasiados; no hay un gran porcentaje de buenas películas. Hay muchos largometrajes festivaleros y for export que no continuan con el linaje de buen cine que existe en este país. Películas como La ciénaga o Un oso rojo son excepciones dentro de un contexto bastante chato.

 

-¿En qué cambió la tecnología digital el trabajo de los directores?

-J.C.: En mucho. A veces pienso que es demasiada la confianza que tienen algunos directores con respecto a la postproducción digital. Las imágenes más sorprendentes, emotivas y fascinantes se logran hechas en toma, incluso en comerciales y clips que tienen mucho de postproducción digital.

 

-¿Cómo es su relación con la agencia y el cliente?

-J.C.: Mi relación con el cliente y con la agencia está muy relacionada con el tipo de producto que estemos trabajando. Creo que los directores que hacemos publicidad sabemos que estamos siguiendo patrones preestablecidos. Son muy pocos los momentos en que la creatividad del director entra en juego, y en esos momentos uno puede crecer como profesional.

 

-¿Cuál cree que debería ser el rol de la agencia y del cliente durante la preproducción y durante el rodaje?

-J.C.: La preproducción es el comercial. Creo que tanto la agencia como el cliente deberían participar un poco más de la previa. A veces, siento que la comunicación entre director y creativo empieza a fluir a partir de la reunión de preproducción; y sería mejor si hubiera más contacto entre ambas partes. Durante el rodaje creo que además del director, que es el responsable final del producto, el único que debería tomar decisiones es el creativo de la agencia.

 

-¿Cuáles son sus tres largometrajes preferidos?

-J.C.: Simplemente sangre (Joel Coen), Sed de mal (Orson Welles) y Blue velvet (David Lynch). Son tres películas perfectamente redondas. Pero ninguna de las tres cierra con un final obvio. Todas pueden verse más de dos veces y siempre hay algo nuevo y totalmente distinto para ver. Algo que también tienen en común es que los protagonistas no son grandes actores; son películas que convierten a sus actores y los ubican en roles memorables que nunca más tuvieron. Por eso son obras del director y de nadie más.

 

-¿Cuál cree que es su mejor comercial?

-J.C.: No tengo un mejor comercial. De los pocos comerciales que hice, no elijo ninguno para destacar, aunque algunos me gustan mucho.

 

-¿Qué directores lo marcaron?

-J.C.: El que más me marcó en mi infancia y adolescencia fue Buster Keaton, una especie de genio que maneja el humor desde lo visual y cuyas películas, si bien en su mayoría son de la década del 20, están absolutamente vigentes. Cada vez que me pongo a pensar en las cosas que me divierte filmar y ver en el cine o en la tele, me doy cuenta de que todas podrían haber sido hechas por Buster Keaton. [François] Truffaut, otro director que idolatra a [Alfred] Hitchcock (¿quién no?) pero que rompe con muchas reglas del cine clásico americano. Y por último, los hermanos [Joel y Ethan] Coen; no hay una sola película suya que no me guste. De ellos podría decir que su lenguaje es altamente publicitario. Todas las escenas de sus películas son perfectas narrativamente y a nivel de luz y encuadre. En videoclips y comerciales, el director que más me gustó siempre fue Mark Romanek, además de [Michel] Gondry.

 

-¿Con qué aspecto del proceso de creación de un comercial disfruta más?

-J.C.: El momento de máximo disfrute es el rodaje, sin ninguna duda. Es donde todas las dudas y preguntas que todo el mundo tiene (excepto el director) se aclaran.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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