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DEL 19 DE JUNIO HASTA EL 14 DE SEPTIEMBRE

La Tate Modern celebra el lirismo abstracto de Twombly

La exposición ofrece una nutrida selección de los momentos más significativos de una obra que adscribe a la corriente lírica del movimiento abstracto. La exposición reúne las dos versiones de su famoso ciclo Las Cuatro Estaciones

La Tate Modern celebra el lirismo abstracto de Twombly
La famosa obra Quatro stagioni: primavera. (1993-4). Foto: Tate Modern.
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Garabatos, rojos intensos, vibrantes trazos, erotismo, son algunos de los rasgos que se pueden encontrar en Cy Twombly, uno de los pintores contemporáneos más influyentes y de las figuras de la generación de artistas americanos abstractos, que incluye otros nombres como Jasper Johns, Robert Rauschenberg y Andy Warhol.
“Su pintura debe entenderse como la construcción permanente de un laberinto y, paradójicamente, como la labor continua por escapar de él. Se ve con claridad el hilo de Ariadna anudándose y desanudándose en busca de una salida”, dijo Antonio Sustaita de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid en una investigación.
Por eso, al cumplirse 80 años de su nacimiento, la galería Tate Modern de Londres presenta la primera retrospectiva en solitario en 15 años que se realizará del 19 de junio hasta el 14 de septiembre. La exposición profundiza, por un lado, en sus grandes series, y subraya la importancia de su obra monumental, de sus esculturas y de sus dibujos, permitiendo vislumbrar la unidad latente en todo su discurso artístico.
Ordenada cronológicamente por el propio director de la Tate, Nicholas Serota y su colaborador Nicholsa Cullinan, la exposición ofrece una nutrida selección de los momentos más significativos de una obra que habría que adscribir a la corriente lírica del movimiento abstracto.
Twombly es conocido sobre todo por diluir la frontera entre el dibujo y la pintura. La mayoría de sus pinturas son graffitis de estilo caligráfico de gran tamaño sobre fondos de colores gris, beige o color hueso. Incluso, muchos de sus cuadros más conocidos de fines de los años ‘60 son reminiscencias de un encerado de escuela en el que alguien ha practicado la “e”, o cientos de año de graffitis de baños sobre un muro.


Garabatos líricos

La obra de Twombly está fuertemente influida por la mitología clásica, griega y latina, y toda la literatura europea desde Arquíloco o Catulo hasta Rilke o T.S. Eliot. También fue fuerte la influencia tanto del expresionismo de su compatriota Jackson Pollock como del dibujo automático de los surrealistas. El arte de Twombly se ha comparado muchas veces a los graffitis, aunque él mismo rechace esa descripción al ver en ellos una agresividad y una rabia que, en cambio, no tiene su arte, que se acerca más al romanticismo y lo erótico.
Sus trabajos
aparecen muchas veces cubiertos de garabatos, inscripciones, nombres de personajes mitológicos, citas fragmentarias de poemas clásicos, pero también símbolos priápicos, vulvas y otros elementos de fuertes connotaciones sexuales. Su arte, enigmático y abierto a toda suerte de interpretaciones, más que describir, evoca. Alude a los placeres de la vida, a las condiciones de la naturaleza, a los elementos, sobre todo el agua, pero también al paso del tiempo, a la mortalidad”, dijo el país.com.
En una de las raras entrevistas que concedió y que se incluye en el catálogo de la exposición, Twombly explica al director de la Tate que “trabaja en oleadas, casi por impulsos, dado su carácter impaciente”.
El artista
expresa también su “preferencia por el lápiz frente a la pintura”, y en el caso de usar esta última dice preferir el acrílico al óleo porque seca más rápido. Aplica además el color directamente del tubo y lo extiende luego con las manos por la superficie del lienzo en forma de manchones más o menos densos.
En algunas de sus obras más líricas, como la serie dedicada a la fallecida esposa de su galerista romano, Nina Pirandello, de extraordinaria musicalidad, se ve una superposición de línea sinuosas que parecen evocar la superficie del agua.
En otra de sus series, dedicada a la leyenda griega de Hero y Leandro -el joven que todos los días cruza a nado el Helesponto para ver a su amada- Twombly expresa su fascinación por el de Marzo en su aspecto más trágico.
Además, la exposición incluye dos obras monumentales de su etapa minimalista, dos enormes pizarras en las que el pintor estadounidense elimina de pronto toda ornamentación, todo contenido representativo en beneficio de la pura abstracción geométrica a base de la repetición de módulos regulares.
Y por primera vez, la galería logró reunir las dos versiones de su famoso ciclo Las Cuatro Estaciones –una se conserva en la propia galería londinense y la anterior es del Museo de Arte Moderno de Nueva York- que evocan los ritmos naturales de la muerte y resurrección y son al mismo tiempo una profunda meditación sobre la condición humana.

Un amante de los mediterráneo
Nacido en Lexington en 1928, Twombly es un artista apegado a la civilización mediterránea y más concretamente a Italia, país al que visitó por primera vez en 1952 junto a su amigo y colega Robert Rauschenberg.
Twombly y Rauschenberg habían estudiado juntos en el famoso Black Mountain College, de Carolina del Norte, donde enseñaban algunos exiliados de la Bauhaus alemana y donde tuvieron como maestros a Franz Kline, al poeta Charles Olson y al compositor de vanguardia John Gage.
Twombly regresó solo a Roma en 1957, alquiló un apartamento frente al Coliseo, en el que instaló su estudio, y tras un paréntesis entre Nueva York y Lexington y un viaje de recién casado a Cuba, poco después de la Revolución castrista, y a México, volvió con su esposa, Tatiana, a la ciudad eterna, ya para quedarse.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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