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Los actores de ‘Seinfeld’, más celebridades que se atan a más marcas

A casi un año y medio de la emisión del último capítulo de una de las series más exitosas de la TV norteamericana de las últimas décadas (la comedia Seinfeld, del canal Sony), es increíble comprobar que no sólo los cuatro actores protagonistas siguen siendo convocados para participar en campañas publicitarias, sino también los responsables de algunos personajes secundarios que pocos recuerdan. El

Los actores de ‘Seinfeld’, más celebridades que se atan a más marcas
Hace dos años, en un comercial dirigido por David Kellogg, Seinfeld ayudaba a Luisa Lane a pagar sus compras con su American Express, ante la inutilidad de Superman y su traje sin bolsillos.
Cuando, el 11 de enero de 1998, durante la emisión de los playoffs de la Liga Nacional de Fútbol Americano, el famoso comercial de American Express protagonizado por Jerry Seinfeld y su admirado Superman vio la luz, pocos imaginaban que ése no era más que el primer paso de una increíble relación entre un programa semanal de TV y cientos de cortos publicitarios. El último capítulo de la comedia más famosa de los años ’90 se emitió a fines de ese año. Por entonces, tanto la gran estrella, Jerry Seinfeld (quien interpretaba a un personaje llamado exactamente como él), como sus co-stars Julia Louis-Dreyfus (Elaine), Michael Richards (Kramer) y Jasón Alexander (George) habían participado en campañas publicitarias para varias marcas. Lo que nadie esperaba era que, tanto tiempo después, marcas como la citada American Express, Visa y Pepsi convocarían, para diferentes comerciales, a varios de los actores secundarios, como Estelle Harris (en la serie, la madre de George), Phil Morris (Jackie Chiles, el abogado), Wayne Knight (Newman, el cartero) y Patrick Warburton (Puddy, uno de los tantos amores de Elaine). Y lo notable del caso es que todos ellos siguen siendo convocados no para prestar su cara conocida de actores exitosos a una marca que necesita el apoyo de una estrella para lanzarse, sino para personificar nuevamente a los personajes que los lanzaron a la fama. Quizás el fenómeno se explique si se recuerda las delirantes cifras de dinero que, a lo largo de las nueve temporadas que se mantuvo la serie en el aire, siempre acompañaron las producciones y los salarios de los protagonistas (durante 1998, cada uno de ellos llegó a ganar un millón de dólares por capítulo). Y, a su vez, la muy particular relación que desde el comienzo –aquella pieza de American Express– se estableció entre Seinfeld y la publicidad. Su personaje siempre fue un fanático y un admirador de Superman, el hombre de acero. Y la idea de hacer un comercial con ese personaje no surgió de la agencia involucrada (Ogilvy & Mather Now York) sino del propio Seinfeld, quien en el programa constantemente se refería a su idolatría por el alter ego de Clark Kent. Lo curioso sigue, y se explica en una frase pronunciada por Mike Carlin, editor ejecutivo de DC Comics, la empresa responsable de la publicación de Superman, cuyos capítulos estreno aún siguen viendo la luz regularmente en los Estados Unidos. “Este fue un caso de verdadera colaboración entre dos personajes que se admiraban mutuamente desde antes de conocerse”, explicó Carlin. Pues resulta que, en varias de las últimas ediciones del comic, el personaje de Clark Kent tiene, pegado en la heladera, ¡un imán con la imagen de Seinfeld! A todo esto, no viene mal citar lo que alguna vez opinó el mismo Seinfeld sobre las diferencias entre trabajar para un programa y trabajar para un comercial: “No me gusta el ‘tamaño’ de las películas. Son perfectas para una noche, pero son demasiado grandes para pensarlas, escribirlas y realizarlas. Son demasiado invasoras. Y se creen demasiado importantes. Ya se sabe, la misma idea de hacer una película hace que uno se sienta prácticamente insuperable. Uno piensa que sus ideas son tan geniales que la gente viajará nosecuántos kilómetros sólo para sentarse frente a ellas y disfrutar. Y la plata que se gasta... No sé: es duro hacer una comedia divertida. Y no sé si las comedias tienen ganas de ser películas. Todas estas son las razones por las que sí me gusta la idea de un spot publicitario –aunque parezca humillante. No sólo se dispone de apenas treinta segundos para vender algo, sino que, además, hay que entretener. Me gusta el desafío”.
Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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