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DIRECTOR DE CINE DE LA SEMANA

Luciano Quilici: “La mayoría de los directores cree que está filmando un cortometraje propio”

Después de formar parte de Landia como director creativo y de actores, Luciano Quilici comenzó a revistar en el staff de directores publicitarios de la productora. Proveniente del teatro, reconoce que empezó a dirigir cine por dinero, pero que ahora es una actividad con la que aprende y disfruta. En diálogo con adlatina.com, el realizador sostuvo que los buenos directores son “los que más limitaci

Luciano Quilici: “La mayoría de los directores cree que está filmando un cortometraje propio”
“Estoy logrando que el proceso de preproducción y las filmaciones se parezcan a los ensayos y a las funciones”, se alegra Quilici.

Luciano Quilici eligió el teatro como carrera. Comenzó en la dirección de cine por el dinero; pero ahora es una actividad con la cual, además, disfruta, se divierte y aprende. Este realizador tiene un vasta formación en teatro, ámbito en el cual dirigió varias obras, desde 1995 hasta 2000.

Junto a Agustín Alberdi, Quilici se sumó, a principios de 2003, al staff de directores de Landia, integrado además por Andy Fogwill y Robert Bonomo. Había ingresado a la productora como director creativo y de actores. En su carrera como realizador, dirigió spots para los mercados argentino, español, costarricense y estadounidense.

 

adlatina.com-¿Qué significa el cine para usted?

Luciano Quilici: -El cine publicitario es el mejor trabajo que se me ocurre que pueda hacer. Es muy divertido, se aprende mucho todos los días, se conoce mucha gente y se gana dinero. El cine “de verdad” es el que voy a hacer cuando sea grande.

 

-¿Por qué eligió el cine?

LQ: -En realidad no elegí el cine. Yo elegí el teatro, pero no sé por qué. Me gustan los actores, estar con ellos, los escenarios y el olor de los teatros. Ensayar es lo que más me gusta en el mundo. Y eso hacía hasta que llegó el cine publicitario. Vino y se quedó. Durante mucho tiempo no lo elegí, sólo lo hacía por dinero. Ahora lo disfruto, y mucho. Me encanta filmar comerciales, me divierto y aprendo.

 

-¿Qué prefiere, el teatro o el cine publicitario?

LQ: -Ahora prefiero el cine, porque es lo que estoy haciendo; si no, no lo haría. Disfruto mucho de mi trabajo, porque estoy logrando que el proceso de preproducción y las filmaciones se parezcan más a los ensayos y a las funciones, eso lo extrañaba del teatro y ahora lo tengo. Ahora, trabajo con gente que me gusta mucho, con la que me divierto y aprendo. En los últimos meses pude trabajar con gente a la que admiro y que además tiene muy buena onda. Ojalá pueda seguir trabajando con ellos y logremos divertirnos cada vez mas.

 

-De acuerdo con su experiencia, ¿cuál es la diferencia entre dirigir teatro y cine publicitario?

LQ: -Son cosas similares sólo en apariencia, porque parecen estar compuestas por los mismos ingredientes: actores, técnicos, escenógrafos, vestuaristas, productores y un director. Pero no se parecen en nada. Son como dos comidas hechas con los mismos ingredientes, pero que saben totalmente distinto.

 

-¿Qué cree que lo diferencia de los demás directores?

LQ: -Entiendo de qué se trata el trabajo, entiendo el mercado, entiendo las necesidades de las agencias y los clientes. Entiendo cómo funciona el sistema. Todas estas cosas que enumeré, la mayoría de los directores no las entienden, creen que están filmando un cortometraje propio.

 

-¿Cuál es su principal virtud como director?

LQ: -En general, mi relación con los actores. A veces logro encontrar en ellos cosas que tienen escondidas. Eso me gusta de mí, para eso tengo talento.

 

-¿Con qué aspecto del proceso de creación de un comercial disfruta más?

LQ: -Con los actores, sin dudas. Cuando un actor hace algo que no esperaba, cuando me hace reír o cuando me emociona. Eso es lo que más disfruto y eso es lo que persigo:momentos de emoción dentro de los comerciales.

 

-¿Qué aptitudes debe tener un futuro director? ¿Qué consejos le daría?

LQ: -Aquí todos llegan por caminos diferentes. Algunos, porque quieren ganar mucho dinero; otros, porque quieren ser directores de largometrajes, porque quieren estar en el mailing de un RR.PP famoso o salir en revistas cancheras de distribución gratuita. También están los que creen que los directores se acuestan con modelos. Yo sé que hay que tener ganas, muchas ganas. Hay que tener fuerza y resistir mucho. Después, si tenés talento o no ya es otra cosa, para eso no hay consejos.

 

-¿En qué cambió la tecnología digital el trabajo de los directores?

LQ: -En nada. Habrá impactado en los presupuestos, en la velocidad del mercado y en el imaginario del cliente –que ahora cree que todo se puede hacer más rápido y más barato-. Pero la tarea de los directores sigue siendo la misma: pensar, llevar cada comercial al máximo de sus posibilidades, encontrar lo mejor en cada miembro del equipo y contar una historia. Puede filmar en video o en 35 milímetros, le puede gustar más una textura u otra, pero el trabajo es el mismo.

 

-¿Cómo es su relación con la agencia y el cliente? ¿En qué medida siente que puede hacer su trabajo con libertad?

LQ: -Depende de la agencia y del cliente con el que esté trabajando. En general, mi relación es muy buena, me divierto mucho trabajando con algunas agencias. La pasamos bien mientras trabajamos, y además hacemos crecer la calidad de los comerciales. No siento que limiten la libertad de mi trabajo, decir eso es un lugar común de los directores publicitarios confundidos. Lo que limita la libertad de nuestro trabajo es el trabajo que hacemos. Ser director es estar casi siempre limitado, todo el tiempo: por el clima, por los actores, por las leyes de tránsito y por todo lo que se les ocurra. Los que son buenos son los que más limitaciones rompen.

 

-¿Qué directores lo marcaron y por qué?

LQ: -Andrés Fogwil es, sin dudas, la persona que más me enseñó en esta profesión.  Trabajé junto a él desde que se abrió Landia, y tuve la suerte de ver todo muy de cerca. Aprendí de él muchas cosas que tienen que ver con ser director y muchas otras que tienen que ver con una actitud en la vida. Andy no se rinde nunca. Tiene un tesón y un entusiasmo inigualables. Con él aprendí a disfrutar de este trabajo, pero sobre todo a no conformarme, a tratar de buscar siempre lo mejor y a buscarlo hasta que sea posible. Aprendí muchas cosas que tienen que ver con la política de este trabajo, con el mercado y con cómo llevar adelante cada proyecto. También aprendí cosas de Robert Bonomo, trabajé mucho junto a él y me impresionó la atención que pone en los detalles, de modo que con él aprendí que los detalles se notan. Robert es uno de los pocos directores que conozco que hace comerciales como si fueran cuadros, se lo toma muy a pecho. Finalmente, Alberto Ure es probablemente mi primera marca fuerte en esta profesión. De él aprendí una cantidad de cosas increíbles. Pero sobre todo, a querer a los actores y a hacer mi trabajo con una pasión irrefrenable. 

 

- ¿Cuáles son sus tres largometrajes preferidos?

LQ: -Soy demasiado poco estable para elegir. Tengo tres largometrajes preferidos por semana. En general, me interesa un tema o un director durante un tiempo, y eso se convierte en mi único centro de interés durante varios días. En estos momentos me vuelvo loco con las películas de John Cassavettes. Me asombra la complejidad de los personajes y de las tramas. Todo es muy profundo, pero al mismo tiempo real. Me cuesta mucho entender cómo se hace.

 

-¿Cuál cree que es su mejor comercial?

LQ: -Es muy difícil. Pasa lo mismo que con los largometrajes. A veces me gusta uno, a veces otro, a veces ninguno. Hoy siento que el mejor comercial todavía no lo filmé. Después de dos años de trabajo como director y de haberme tomado vacaciones, creo que mis mejores comerciales están por venir. Siento que aprendí mucho, y que tuve tiempo para entender qué cosas me gustan y cuáles no. Me siento más fuerte y más claro. Este año voy a filmar muy buenos comerciales. Por lo tanto, esta pregunta la contestaré el año que viene (risas).
Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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