El basquetbolista Kobe Bryant se dio un gusto que muy pocos atletas han podido alcanzar: tener su propio logo en un producto comercial de marca famosa.
Esto es precisamente lo que ocurrió con el lanzamiento del nuevo calzado deportivo de Nike, el Air Huarache 2K5, que, aunque conserva –en una forma estilizada- el clásico emblema de la marca -el “swoosh”, como llaman en inglés a esa suerte de tilde curvo que todo el mundo conoce-, tiene su marca propia en el diseño de un combatiente samurai que alude a la estrella de los Lakers.
Las novedades se fueron produciendo con cuentagotas. Primero, hubo un informe de la ESPN en el que se aludía a ese movimiento de marketing, el jueves de la semana pasada. Luego, silenciosamente, Nike publicó en su sitio web una fotografía del producto acompañada por este concepto puesto en boca de un diseñador: “Este calzado ha surgido del propio estilo atlético y de la personalidad de Bryant”.
Falta la prueba
A pesar de que la estrella basquetbolística se ha sumado a una lista de atletas “capturados” por Nike con sus logos –que incluye a Michael Jordan, Tiger Woods, Vince Carter y LeBron James-, Bryant tendrá todavía que probar que tiene el carisma necesario como para cargar sobre sus espaldas una línea completa de merchandising. Algunos expertos de marketing sospechan que los ecos de la acusación de ataque sexual levantada contra el deportista once meses atrás podría limitar su efectividad como soporte de popularidad de un producto.
“La percepción adulta es definidamente negativa, y no hay mucha diferencia con los valores que se recogen en los segmentos de adolescentes”, explica Henry Schafer, vicepresidente ejecutivo de Marketing Evaluations Inc., una empresa de Manhasset que mide el appeal de las celebridades estadounidenses.
“Es todavía muy pronto para ponerlo en el ojo del público como soporte de un producto, cualquier tipo de producto”, agrega Schafer. Según el especialista, sólo un atleta profesional tiene números más negativos que Bryant: el también basquetbolista de la NBA Latrell Sprewell.
Pero no todos lo ven de esa manera. Kevin Walker, de la firma de diseño Boardwalk, de Pasadena, dice que el logo “es recatado y abstracto, la clase de símbolo que necesita una empresa que quiere ser todo para toda la gente”.
“Sea como fuere, éste es un buen momento para que Nike presente un calzado que se vende en los Estados Unidos a 130 dólares”, apunta Marshal Cohen, un analista de la firma NPD, de investigaciones de mercado. Y el motivo es que las ventas de calzado deportivo crecieron durante el año pasado 3,1 por ciento, hasta llegar a un total de 16.400 millones de dólares; y la franja de consumidores que reconoce el valor de un producto parece muy receptiva a la aparición de calzados de mayor precio. Como dice Cohen: “Adidas salió con un modelo de 250 dólares, que constituye una barrera que jamás pensamos que alguien cruzaría”.
Con un precio bastante más modesto, Bryant también puede embocarla.