Bogotá es una de las ciudades más caóticas y estresantes de América Latina, considerando su densidad de población, caos vehicular y su sistema de transporte público siempre al borde del colapso. Para compensar esta estresante situación, Kit Kat quiso darles a los habitantes de esa ciudad un break en la calle.

J. Walter Thompson Colombia convirtió 20 vallas de las paradas de autobús en “mini espacios de masajes”. Pequeños motores activaban un sistema de vibración que ofrecía placenteras vibraciones en la espalda de los usuarios. Todo lo que ellos debían hacer, era apoyarse sobre la valla para que ésta les brindara un pequeño y reconfortante masaje. Las vallas podían encontrarse a través Google maps y cada vez que alguien escribía en twitter las palabras “cansado” o “stress”, obtenía una respuesta automática en la que le mostraba en el mapa la valla masajeadora de Kit Kat más cercana.