Richard Prince: la ironía y la masculinidad llevada al arte

Del 26 de junio hasta el 7 de septiembre la Galería Serpetine muestra una exposición que podría confundirse con un show de automóviles. El autor es el estadounidense Richard Prince. Esta muestra es parte de una retrospectiva que organizó el Museo Guggenheim para el artista.

Richard Prince: la ironía y la masculinidad llevada al arte
Una instalación de la muestra Continuos en la galería Serpentine. Foto: Christian Sinibaldi
  • Richard Prince: la ironía y la masculinidad llevada al arte
  • Richard Prince: la ironía y la masculinidad llevada al arte
  • Richard Prince: la ironía y la masculinidad llevada al arte
  • Richard Prince: la ironía y la masculinidad llevada al arte
  • Richard Prince: la ironía y la masculinidad llevada al arte

Al entrar a la exposición de Richard Prince, el frente de un auto - parecido a un tiburón, o un maitre con una sonrisa blanca perfecta- da la bienvenida al visitante. Por alguna razón, todas las exhibiciones de la Galería Serpentine de Londres tienen unos openings llamativos: el último fue un auto retrato desnudo de Maria Lassnig apuntando un arma hacia los visitantes y otra hacia su templo, y Anthony McCall abrió su show el año pasado con un proyector gigante dirigido hacia la puerta simulando una enorme arma.
Y ahora, Prince –que armó su propia escenografía- puso frente a la puerta una instalación que consiste en un cuerpo de una mujer pintado en colores llamativos sobre un auto hecho con materiales plásticos. A su alrededor se ven muchos otros capotes de autos –creados con distintos materiales industriales- puestos en las paredes como si fueran pinturas, y también armaduras hechas de tanques de combustible simulando un universo de comic. Todas las esculturas e instalaciones parecen pinturas abstractas con relieve, aunque en realidad son partes de autos.
Los objetos a simple vista parecen pintados con pincel y pintura de una manera desprolija, similar al estilo de Richard Diebenkorn o Ron Gorchov. Pero al mirarlas de cerca se nota que fueron trabajadas con cuchillo y pulidora. Su arte es ambiguo, rústico, y sumamente masculino. Este artista estadounidense pretende que la audiencia sea tan conocedora de arte como él, por eso muchas veces los mensajes de su arte son incomprensibles para aquel que no es amante del tema o coleccionista. En esta muestra, el artista juega con el concepto de masculinidad y como éste está en un momento de deconstrucción.
Prince eligió el tópico de los autos en esta serie titulada Continuos por tres razones: 1) su fanatismo por los autos, 2) la cercanía de autos con el arte, y 3) los autos y el arte son dos objetos fetiches en la sociedad postmoderna. Su arte siempre depende de su similitud con otros objetos que puede ser tanto arte como referencias de la cultura popular. Muchos otros artistas han trabajado con autos, desde el francés César hasta Gustav Metzger, Sarah Lucas, Gabriel Orozco y Joseph Beuys, entre otros.
Además, del auto de la entrada, en la exhibición hay un auto transformado en altar en el centro de la galería, y un Buick 1987 Regal real, pintado todo con bebés. En esta obra en particular, Prince juega con la idea de la deconstrucción de la psiquis masculina en la actualidad, aunque otros críticos dicen que la está reconstruyendo.
Es interesante el dato porque en la exposición se ven muchas plantas colocadas dentro de capos de autos y camiones, un estilo que nunca fue visto en Prince hasta momento. Frente a esto, dijo en una ocasión que siempre le gustaba “ver mi trabajo en situaciones domesticas”.

 

Un artista singular
Prince inicia su carrera valiéndose de la “refotografía” (fotografías de fotografías) para hacer reflexionar, desde los propios parámetros del arte, la realidad, la copia y la ficción; utilizando imágenes tomadas del mundo de la publicidad o la televisión.
El artista comienza a finales de los setenta a realizar diversas series de fotografías en color de objetos de lujo, partiendo de anuncios publicitarios, comenzando así un discurso -permanente en su obra- basado en la necesidad de utilizar la reproducción artística a través de medios de difusión masiva. Esto queda claramente palpable en algunas de sus series de imágenes sacadas de los periódicos como Three men looking in the same direction (1978) y Three women looking in the same direction (1980). Su objetivo siempre es “mostrar una visión irónica de los modelos arquetípicos a seguir en la sociedad contemporánea” buscando, a su vez, dosis de realidad como en las fotografías Sunset (1981) o Gangs (1984).

Pero donde más conjuga la preocupación por la propia imagen como parte de la reproductibilidad artística es en la serie Cowboy (1980-1986), donde reflexiona acerca de los mitos heroicos actuales y, en concreto, de los ideales masculinos en la sociedad norteamericana; de nuevo yuxtaponiendo el concepto de identidad masculina con la ficción y la realidad. Junto a esta serie realiza una de las más destacadas y conocidas: Girlfriends, haciendo de estas imágenes panfletos que ironizan con una implícita misoginia, resultando entonces Cowboys & Girlfriends (1987).
Prince ofrece en su obra un análisis de la propia cotidianidad basado en los elementos que la sociedad contemporánea observa a través de los mass-media y los avisos publicitarios, de ahí la observación de los códigos publicitarios y las imágenes de personajes que aparecen en fotografías como Untitled (Entertainers) o Portraits.
Pero desde 1986 abandona la “refotografía” para realizar imágenes apropiadas del mundo del cómic, mediante el dibujo y la serigrafía, donde inserta chistes fáciles populares como en la serie Jokes (1986-1993). Aquí cambia un poco su mirada. El buscar mostrar los deseos del hombre americano, a los que además inserta comentarios irónicos -la mayoría de las veces- centrado en referencias sexuales y tópicos de género. Y a esto suma, el uso del dibujo próximo a la viñeta popular como guiño referido al subconsciente de la conciencia colectiva.
A mitad de los noventa realiza enormes lienzos de carácter expresionista en los que tras la maraña de color se esconden frases que vuelven a incidir en el chiste ramplón, reflexionando, una vez más, acerca de la ironía y la propia sociedad en la que nos encontramos. Hasta alcanzar una de sus últimas series de pinturas, Nurses (2003) realizada en gran formato, en la que el tema principal es la figura de la enfermera, símbolo femenino que relaciona con las portadas de algunas novelas románticas y con la carga simbólica de esta figura.
Prince siempre muestra una preocupación constante por los códigos de simulación, y presenta una visión de la vida posmoderna en la que se aproxima a estructuras literarias mediante el texto. “Muestra una visión compleja de nuestro mundo, sin dejar de incidir en la propia Historia del Arte. La ironía de Prince y la subversión de sus mensajes han hecho que se convierta en uno de los referentes fundamentales del arte actual”, dijo un periodista de The Guardian, diario inglés.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

Compartir