El mes pasado la cervecera belga-brasileña InBev y la estadounidense Anheuser-Busch (A-B) protagonizaron tal vez una de las negociaciones más jugosas de la historia de la industria cervecera. Después de varias idas y venidas –y cuando muchos auguraban que no habría acuerdo entre ambas– InBev obtuvo el sí de A-B para comprarle sus acciones por un total de 52 mil millones de dólares. Nacía así la mayor cervecera a nivel global –que controlará un cuarto del mercado mundial de esa bebida–, con el nombre de Anheuser-Busch InBev.
La noticia generó revuelo entre las agencias que trabajan actualmente para alguna de las marcas de A-B (y entre las que desean conquistarlas), que destina un presupuesto publicitario de alrededor de 1.300 millones de dólares.
Lo cierto es que DDB Chicago es, por ahora, la responsable de la comunicación de Budweiser y Bud Light. Y en Estados Unidos la cuenta se reparte entre al menos otras 5 agencias: Euro RSCG, la agencia independiente Cannonball, TBWA/Chiat/Day, Goodby, Silverstein & Partners y LatinWorks.
Pero esta semana el medio especializado estadounidense Advertising Age hizo público el hecho de que la neoyorquina Deutsch incorporó a su portafolio alguna de las marcas de la cervecera, aunque ni la agencia ni el anunciante confirmaron de cuál de ellas se trata.
La semana pasada, la compañía dio a conocer un incremento en sus resultados netos del segundo trimestre de 2008 del 4,6%, que se traduce en un alza neta durante la primera mitad del año del 5,3%. El CEO de A-B atribuyó ese desempeño, en primera medida, al lanzamiento de la marca Bud Light Lime, que estuvo a cargo de DDB Chicago.