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LOS DISEÑADORES REDEFINEN EL PERFIL DE LAS MARCAS TRADICIONALES

Tom Ford y Hedi Slimane, los revolucionarios de la estética masculina del siglo XXI

Karl Lagerfeld adelgazó 42 kilos sólo para poder enfundarse en los diseños Slimane. Ford acaba de retirarse de la casa Yves Saint Laurent y de Gucci, donde controlaba desde la ropa hasta los perfumes, desde la comunicación de las casas hasta el diseño de las boutiques.

Tom Ford y Hedi Slimane, los revolucionarios de la estética masculina del siglo XXI
Tom Ford anunció su retiro de la moda, pero volvió para trabajar en las tiendas Harvey Nichols.
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Al Narciso moderno se lo conquista con alta orfebrería. Y cada vez es más competitivo el mundo de la moda en el conservador terreno del guardarropa masculino. Hedi Slimane y Tom Ford son dos diseñadores que marcan tendencia y están redefiniendo el perfil de marcas tradicionales.

El primero nació en París, tiene 35 años y es el director creativo de las colecciones masculinas de Dior. Y, según los especialistas, su trabajo está revolucionando la estética masculina del XXI.

Discreto y tímido en lo personal, depurado y racionalista en sus diseños, Slimane aúna en su ropa la mejor tradición de la sastrería masculina con cortes y técnicas de alta costura femenina, lo que hace que sus entalladas americanas, por ejemplo, sean espléndidos híbridos que sirven tanto para hombres como para mujeres, aunque en ambos casos tienen que ser personas extremadamente delgadas. Ése es su canon de belleza. Otra de las claves de su éxito es haber utilizado un estereotipo de belleza masculina que choca frontalmente con la masculinidad heterosexual al uso y con los cuerpos musculosos de la estética gay.

Cada una de sus colecciones despiertan admiració, una admiración que hizo que el modelo y diseñador Karl Lagerfeld adelgazara 42 kilos sólo para poder enfundarse en sus diseños, o que Yves Saint Laurent -para quien trabajó entre 1999 y 2000- fuera a ver su primer desfile para Dior. “Es un genio”, se oye entre el público, selecto y experto.

 

Playboy, actor, arquitecto    

Por su parte, el estadounidense Tom Ford se despidió recientemente del mundo de la moda con un último desfile para la casa Yves Saint Laurent.

Ford, de 42 años de edad, se retiró del mundo de la moda en plena gloria, jugando con la incógnita de si la partida era definitiva o no. Se fue diciendo que estaba tentado por el cine, como director más que como actor.

Ford, que se define a sí mismo como “perfeccionista”, controlaba totalmente la dirección artística de YSL y de Gucci, desde la ropa hasta los perfumes, desde la comunicación de las casas hasta el diseño de las boutiques.

La moda y el estilo no fueron, sin embargo, la primera pasión del estilista, nacido en Austin (Texas) e influenciado por el vecino Nuevo México, donde vivía su abuela y a donde vuelve regularmente.

Su físico de playboy lo llevó a los cursos de arte dramático, pero su carrera de actor se limitó a anuncios publicitarios y a algunas apariciones en series de televisión. Optó después por la arquitectura, estudiando sucesivamente en Los Angeles, Nueva York y París, donde una pasantía de verano en la casa Chloé lo puso en el camino de la moda.

Ford volvió a los Estados Unidos, donde se formó durante varios años con grandes nombres del sector, como Cathy Hardwick y Perry Ellis. Luego regresó a Europa.

En 1990, se incorporó a Gucci para ocuparse de la línea femenina. Contaba con quedarse en la casa uno o dos años y, después, desarrollar su propia marca; pero se convirtió en gran director artístico de Gucci en 1994.

A fines de 1999, el consorcio Gucci compró la casa Yves Saint Laurent, modista por quien el tejano siente una admiración sin límites. El desafío hubiera asustado a otros, pero Tom Ford lo consideró “un estímulo apasionante”.

En su opinión, la creación y el marketing van paralelos y la globalización no es una mala palabra. Tom Ford tiene una inconmensurable ambición y una capacidad de trabajo equivalente.

Tras llegar a la dirección de Yves Saint Laurent, por ejemplo, fue controlando todos los sectores, hasta el punto de rediseñar las boutiques. Bolsos, zapatos, relojes, anteojos, nada quedó fuera. Relanzó los perfumes emblemáticos de la casa, como Opium e Yves Saint Laurent Rive Gauche, pero creó también dos nuevos, “Nu” y “M7”, acompañándolos con una línea completa de cosméticos.

La gente se peleaba por asistir a sus desfiles en Milán o en París. Y, pese a que el primero que hizo para Yves Saint Laurent Rive Gauche, en octubre de 2001 suscitó reacciones poco entusiastas, posteriormente las opiniones cambiaron y hoy se considera unánimemente que logró utilizar los códigos de Yes Saint Laurent afirmando al mismo tiempo el estilo Tom Ford.

 

El adiós que no fue

Pese al adiós anunciado, Tom Ford anunció que volverá al ruedo. A partir de la próxima temporada, la cadena de tiendas inglesa Harvey Nichols contará con la nueva colección de Tom Ford, que ha diseñado junto al cantante Lenny Kravitz. Los que creían que Tom se había ido a Hollywood a hacer cine y que no volvería al mundo de la moda, quizás no se habían parado a pensar qué harían ellos si sólo por poner su nombre a algo pudieran ganar unos cuantos millones, aunque haya que asociarse con algún que otro elemento. Pero parece ser que Tom lo tiene claro.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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