El laboratorio Sanofi-Aventis ha puesto todas sus fichas en una campaña publicitaria que podría revertir el persistente problema de ventas que castiga a su medicamento Ambien, que se originó en un reporte adverso publicado por la prensa.
La campaña trata de refutar la afirmación del informe, según la cual algunos pacientes que utilizan el remedio son incapaces de conducir o incluso comer cuando están bajo los efectos de la droga.
Analistas del mercado esperan que la publicidad de Ambien invada los medios en proporción similar a la que desplegó Viagra en su lanzamiento.
“No van a poder ver un programa de tv sin encontrarse con un comercial para una pastilla para dormir”, dijo Jason Napodano, un analista de Zacks Investment Research.
Pfizer espera lanzar también una nueva medicina para inducir al sueño, conocida genéricamente como indiplon, en conjunto con Sepracor Inc., en uno o dos meses. El nuevo específico lucharía en la franja del mercado de Ambien y Lunesta, droga esta última que comercializa la propia Sepracor hace 11 meses. Pero su carácter de genérico le dará una clara ventaja: la del precio.
Un salto importante
El rubro de las pastillas contra el insomnio creció notablemente –55 por ciento- entre 2001 y 2005, hasta llegar a un nivel de 45,5 millones de dólares en el año 2005.
En octubre pasado se agregó Ambien CR –una versión modificada del anterior-, que ha venido ganando mercado firmemente. A diferencia de su predecesor, el CR ha sido aprobada como medio para mantener el sueño y con aptitud para ser utilizada en tratamientos prolongados. Pero después del informe sobre sus efectos laterales las ventas cayeron en forma vertical, cosa que también ocurrió con los otros medicamentos del rubro.
Tanto Ambien CR como Lunesta y la droga indiplon pertenecen a la misma clase de Ambien, lo que produjo esa reducción general en las ventas. Pero pese al informe negativo, muchos médicos siguen recetándolos sin dudar demasiado: no en vano han estado indicando Ambien desde hace 13 años con una ocurrencia muy rara de los efectos colaterales.
Demanda
Este mes, la abogada Susan Chana Lask presentó una demanda ante la corte federal de Nueva York alegando que Sanofi “no advirtió adecuadamente” sobre los potenciales riesgos de la droga, que consisten en poner al paciente en un estado de trance y comprometerlo en actividades peligrosas que pueden causar distintos daños.
Una vocera de Sanofi declaró que Ambien es “un medicamento seguro” y que el laboratorio va a defenderse frente al juicio. Agregó que “desde el día del lanzamiento” se habían comunicado los posibles efectos laterales, incluyendo sonambulismo, como un “efecto raro” del producto.
En la inminente batalla legal, Lunesta deberá enfrentar cargos muy fuertes. Sus fabricantes –Sepracor- son una empresa muy pequeña frente a los laboratorios Pfizer y Sanofi, en términos de recursos y ganancias. Pfizer es el mayor laboratorio del mundo y Sanofi es el tercero.
Sin embargo, Sepracor invirtió 215 millones de dólares el año pasado para la publicidad de Lunesta, mientras Sanofi solo utilizó 42 millones para Ambien CR. Todo ello hasta el comienzo de la actual campaña, en la que este laboratorio ya publicó una página entera en varios diarios norteamericanos, entre ellos el Wall Street Journal, el New York Times y el Los Angeles Times, para asegurar a los consumidores de Ambien que el producto es seguro. Los avisos también aparecerán en revistas de interés general.
De todas maneras, la suerte de un medicamento contra el insomnio parece estar atada a la de los demás en el mercado estadounidense, dada la similitud de las drogas principales. También soportará esa incertidumbre el indiplon, que comercializará Pfizer, pese a su ventaja en el terreno del precio final.